Muestran un Toledo de raíz 'prebíblica'

AutorDora Luz Haw

Han pasado 27 años desde que el pintor Francisco Toledo inauguró su primera exposición en la Galería Arvil, y es fecha que esta promotora cultural sigue siendo una de las principales representantes del trabajo del creador en México y el mundo.

Legado de la relación entre la galería y este artista es una colección privada de 55 obras de arte, con la que se dio pie a la publicación del libro Obra gráfica para Arvil (1974-2001), texto que recoge los ensayos del escritor Carlos Monsiváis y del crítico de arte Luis Carlos Emerich.

La obra plástica que guía el análisis de esta publicación podrá conocerse a partir del 6 de diciembre en la Sala José Clemente Orozco del Museo del Palacio de Bellas Artes, exposición que se inaugura el 5 de diciembre, a las 20:00 horas.

Armando Colina y Víctor Acuña, quienes fundaron Arvil en 1969 y conservan una amistad de más de cuatro décadas con el pintor, explican que en estos años de trabajo conjunto han organizado más de 100 exposiciones.

Su colaboración comenzó cuando, en 1970, Toledo creó para esta galería 75 dibujos a lápiz de color y, posteriormente, en 1974, comienzan a hacer ediciones de grabados y litografías individuales o en álbumes, que después difunde en exposiciones presentadas en los principales museos del mundo.

"Trabajar con él implica mucha exigencia. Es un hombre muy ético, que tiene muchísimo interés por el público y que jamás vendería o expondría una obra si considera que no es de calidad. Es un ser humano extraordinario, espléndido y generoso", afirma Colina.

Las obras de esta exposición se dividen en cinco carpetas: Toledo-Sahagún, Toledo-Chilam-Balam, Toledo-Guchachi...

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