Michoacán: guerra de baja intensidad

AutorGerardo Rodríguez Sánchez Lara

GERARDO RODRÍGUEZ SÁNCHEZ LARA

DIRECTOR GENERAL DE SEGURIDAD HUMANA S.C. Y MÉXICOSEGURIDAD.MX. PROFESOR DE TERRORISMO Y SEGURIDAD NACIONAL.

Lamentablemente Michoacán pasará a la historia no solo por ser la cuna del generalísimo Morelos, reconocido como uno de los grandes estrategas militares del mundo, sino por ser el campo de guerra entre un Estado "poderoso" y una insurgencia criminal. Lo que sucede actualmente será un caso de análisis para las academias militares del mundo como una de las guerras asimétricas que se han presentado en otros países como Argelia, Vietnam, Afganistán e Irak. Por lo anterior, el gobierno federal y el Ejército mexicano se están jugando su prestigio internacional en esta confrontación.

La situación en Michoacán debe ser vista como una guerra de baja intensidad que el Estado mexicano está librando al interior de sus fronteras contra fuerzas irregulares. Es una guerra porque hay actores en conflicto con capacidad de fuerza para imponer su voluntad en distintos territorios: el gobierno de la República, grupos de la delincuencia organizada y paramilitares. En segundo lugar, existen objetivos en el tiempo como la derrota de los Caballeros Templarios y la recuperación de la gobernabilidad. Asimismo, existe la intensión de los grupos delictivos de mantener el control sobre sus actividades ilegales en el futuro. El último factor es el control de un territorio: la región de Tierra Caliente, una zona económica de primer nivel por su producción agrícola y minera y por la interconexión del sureste con el norte y centro del país. Por lo anterior, es de alta prioridad mantener la seguridad de instalaciones estratégicas públicas y privadas como el puerto de Lázaro Cárdenas, oficinas gubernamentales, carreteras, medios de transporte privado, estaciones de transmisión de energía eléctrica y despacho de combustibles.

Estado colapsado y sociedad inerte

Las condiciones para que explotaran los grupos paramilitares en este estado existían no solo desde hace 10 años, sino desde hace dos siglos. Son al menos siete variables las que se deben considerar para entender la explosión del fenómeno de las autodefensas en Michoacán.

  1. Los históricos problemas de control territorial entre familias y caciques que se disputan la riqueza natural y control político de sus comunidades desde la época colonial.

  2. La complejidad geográfica y de acceso territorial que facilitan la creación de insurgencias y movimientos guerrilleros.

  3. El armamentismo histórico de los pueblos. Este problema claramente es...

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