Argonáutica/ La nación salvaje

AutorJordi Soler

El gran Voltaire, al reflexionar sobre ciertos excesos cometidos por religiosos capuchinos, recoletos y carmelitas en la Francia de 1764, llegó a una conclusión que hoy puede ser útil. Ese mismo año, simultáneamente, como exceso paralelo a aquellos excesos, circulaban unos cuantos libros prohibidos por la Iglesia cuya lectura causaba un revuelo doble: el de los lectores que al placer de la lectura agregaban el de leer páginas prohibidas, y el de la Iglesia, enemiga permanente de ese y de todos los placeres.

Voltaire, luego de observar estos escándalos paralelos, escribió que "podemos ser escandalosos en los escritos y en la conducta". El escándalo puede ser causado por un libro o por una persona. Más adelante concluye el filósofo: "El capuchino, el recoleto, el carmelita que confiesa y predica, es capaz de ocasionar por sí solo más daño que beneficios pueden proporcionar los mejores libros".

Hoy, esta proporción de daño y beneficio sigue siendo exactamente la misma: las personas hacen más daño que los libros.

Eso que tanto temíamos de la derecha mexicana, su menosprecio por las obras artísticas y en general por cualquier obra o manifestación que no deje dinero o que no reafirme los valores del buen católico, ya está sucediendo. En menos de un mes, los libros han sufrido dos embates: el IVA, y la más reciente y sin duda la más bochornosa acción del Secretario Abascal. Es probable que al final el IVA no llegue a los libros y seguramente el rubor que le produce Aura al Secretario le granjeará a Carlos Fuentes más lectores. Aun cuando no prospere ninguna de estas dos calamidades, no podemos perder de vista que ese ambiente de ultraderecha que tanto temíamos existe, está pasando ¡ya!, ¡hoy!

La noticia del poco gusto que tiene el Secretario por las obras de Fuentes y de García Márquez apareció el miércoles pasado en la página 27 del diario español El País. Ahora, a esta noticia bochornosa hay que sumarle el valor agregado de que el bochorno es internacional.

Un Secretario de Estado cuyas pifias son más célebres que sus aciertos, ¿será de verdad el mejor...

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