Narra la 'herida' de la niña Paulina

AutorVirginia Bautista

"Lo terriblemente grave y contradictorio en el caso de Paulina es su ingenuidad y la de su madre, quienes, confiando en los poderes y en el Gobierno mexicanos, exigieron un aborto en su propio país".

La escritora Elena Poniatowska reflexiona sobre el drama que vivió Paulina Ramírez Jacinto, la niña de 13 años que fue violada en la ciudad fronteriza de Mexicali el 31 de julio de 1999, a quien no se le permitió abortar, a pesar de que este procedimiento es legal en el estado en caso de violación.

"Se pudo haber hecho una colecta para que Paulina se practicara el legrado en California, por 300 dólares, pero ella confió y luchó en su entidad; pero parece que la mujer mexicana no tiene garantías para ejercer su derecho al aborto".

Esta historia que consternó hace unos meses a la opinión pública inspira el más reciente reportaje de la también periodista, titulado Las mil y una... (la herida de Paulina), que será presentado mañana, a las 19:00 horas, en el Centro Cultural San Angel (Revolución y Francisco I. Madero, en San Angel), bajo el sello de Plaza & Janés.

Poniatowska afirma que lo que más le impresionó del caso de Paulina es que no se respetara su decisión de interrumpir el embarazo, producto de una violación realizada por un hombre adicto a la heroína que tenía 40 encarcelamientos previos.

En Las mil y una... narra, con base en entrevistas directas, cómo los médicos del Hospital General de Mexicali no quisieron practicar el legrado por "objeción de conciencia", a pesar de que había una orden del Ministerio Público para efectuarlo.

"Les dieron demasiadas largas. Ellas, Paulina y su madre, esperaron decididas un mes y 20 días a que se practicara el legrado. Tuvieron internada a la niña siete días casi en ayunas. Y, finalmente, según cuenta la madre, el director del hospital la atemorizó diciéndole que su hija podía morir si abortaba".

Pero esta no fue la única forma para que renunciaran al legrado, continúa la autora de La noche de Tlatelolco; también el procurador del estado, Juan Manuel Salazar, las llevó con un sacerdote para que les aconsejara cambiar de idea y, durante su estancia en el hospital, visitaron a Paulina dos integrantes de Provida.

Sin embargo, la novelista rechaza que este caso cuestione la laicidad del Estado mexicano: "Creo que hay laicismo en la escuela y, después de todo, México es un Estado laico. Pero algo que salta a la vista es que no se le pueda dar tantísima prerrogativa al clero. Ellos no van a educar a los niños...

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