El naturalista excepcional

AutorIsrael Sánchez

En los albores del siglo 19, un par de años antes de que estallara el clamor independiente de México, un viajero germano con un apetito científico voraz recorría los rincones profundos, indómitos e inhóspitos del Nuevo Mundo: Alexander von Humboldt (1769-1859).

Naturalista por antonomasia, ambientalista pionero y padre del movimiento ecologista, la travesía que emprendió por el territorio nacional este explorador, de cuyo natalicio en Berlín se cumplen hoy 250 años, dejó una huella que aún hoy los especialistas continúan celebrando.

"Era un naturalista absolutamente excepcional", dice en entrevista, sin vacilación, Antonio Lazcano, coordinador de una mesa redonda, "Viajeros científicos", que se realizará en El Colegio Nacional (Colnal) para celebrar tanto el nacimiento de Humboldt como el trabajo de quien fuera su cómplice, poco reconocido: el médico y botánico francés Aimé Bonpland.

"Los dos eran naturalistas extraordinariamente refinados, con una enorme curiosidad intelectual, que se acercaron a las Américas ya cuando los Borbones estaban en el trono español", añade Lazcano, biólogo y doctor en ciencias.

Fue el Rey Carlos IV de España, aquel de El Caballito, quien aseguró a Humboldt y su equipo el acceso a las colonias novohispanas, así como total libertad de acción y el apoyo de las autoridades.

Así, el naturalista emprendió en 1799, invirtiendo recursos propios provenientes de una herencia recibida tres años antes, un periplo por los territorios que hoy comprenden Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Cuba y, por supuesto, México. Una vasta empresa dedicada a registrar flora, fauna, minerales, mares, volcanes, vestigios arqueológicos y la propia cultura local.

"Todo esto lo hacían, obviamente, sufriendo las condiciones de extrema insalubridad que debe haber habido en esos territorios", añade el lingüista Luis Fernando Lara, a quien particularmente sorprende el ascenso del naturalista sobre el Chimborazo, volcán ecuatoriano, en 1802.

"Ascienden sin los medios con que cuenta hoy un alpinista, con su ropa común y corriente. Y, además, a partir de ahí emprenden una serie de medidas de longitud y latitud de estas partes de América que fueron las primeras que se hicieron", comparte Lara, doctor, quien coordina junto a Lazcano la mesa redonda.

El Popocatépetl, el Iztaccíhuatl, el Cofre de Perote, el Pico de Orizaba y El Jorullo son otras regiones volcánicas que no escapan a su medición mientras recorría México.

Asimismo, las minas son de gran...

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