Un navío cargado de...

AutorCarlos Borboa

Especias, frutas, semillas, aceites y hasta una china poblana llegaron a tierras mexicanas a través de la ruta comercial más importante del México colonial: la nao -del latín navis- de China, nombre con que se conocía a los grandes buques mercantes que iban y venían de Manila, Filipinas a Acapulco, México.

Instaurada tras el descubrimiento del archipiélago de las Filipinas en 1521, la ruta se originó como un camino interoceánico que conectaba comercialmente a Oriente con España y Nueva España.

"Se trató de la ruta comercial más importante del mundo, logró reunir a Europa, Asia y América durante 250 años. Oficialmente, se inauguró en 1565, tras una expedición para encontrar la tornavuelta o tornaviaje, es decir, el camino de Manila a Acapulco, que hasta entonces era muy difícil", relata el investigador Edmundo Escamilla.

Además de materias primas, telas y alfarería, la nao de China permitió un intercambio de productos culinarios que hoy juegan un papel importantísimo dentro de la cultura gastronómica de los tres continentes.

Desde Manila llegaban a Acapulco especias como canela, clavo de olor, pimienta y nuez moscada, frutas de China, además de seda, biombos, jarrones y tintas, mientras que de Acapulco salían camotes, garbanzo, cacao, chocolate, sandía, semillas, tabaco, vinos españoles, aceite y plata, en barras o monedas.

"Muchos comerciantes de la Nueva España se hicieron muy ricos a través de este intercambio comercial, la nao generaba una gran derrama económica en la población, trabajo para los arrieros y un sinfín de productos.

"Los galeones llegaban a Acapulco y sus productos se trasladaban a lomo de mula hasta la Ciudad de México, donde algunos se ofertaban en el Parián de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR