Negligencia pastoral en el caso de Paulina

AutorJuan Guillermo Figueroa Perea

Cuando hablamos de negligencia médica y de negligencia en algunas profesiones, hacemos referencia a las consecuencias negativas del quehacer de un profesional, que se supone que debe tener un cierto conocimiento y que por no tenerlo provocó un daño que podía evitarse o bien, que a pesar de tenerlo actuó generando una consecuencia negativa, abusando de su papel de autoridad.

En esa vertiente existe una dimensión de negligencia pastoral en el sacerdote que amenazó con la excomunión a Paulina (la adolescente que fue violada y a quien posteriormente le fue negada la posibilidad de interrumpir el embarazo que se generó de dicha violación, a pesar de contar con una orden jurídica que lo autorizaba por ser una causal contemplada en la ley) por el hecho de tratar de abortar y quienes, posteriormente, argumentan la necesidad de excomulgar a quienes apoyaron a Paulina en el proceso de exigir aquello a lo que tenía derecho, de acuerdo a las normas seculares del estado laico en el que vivimos, pero también por contradecir con sus amenazas el valor religioso que tiene el defender su dignidad y actuar de acuerdo a su conciencia.

Así como existe una dimensión de negligencia médica en quienes se negaron a realizarle el aborto argumentando riesgos de muerte, lo cual no se sostiene científicamente, existieron dimensiones de negligencia y abuso de autoridad en los encargados de procurar justicia, y en todos ellos (procurador, médicos, sacerdotes y personas que recurren a lecturas fundamentalistas de la tradición católica) existe una corresponsabilidad moral en cuanto a los daños provocados a la dignidad de Paulina.

Algunas cosas podrán compensarse si se repara parte del daño, pero lo que es imposible aceptar es que ese tipo de personas continúen impunemente tergiversando la interpretación de lo que significa respeto a la dignidad de una persona, confundiendo los criterios de interpretación de la tradición religiosa que dicen defender y violando sistemáticamente el marco jurídico del estado laico en el cual ejercen sus respectivas actividades.

En coincidencia con valores básicos de la Iglesia católica y de un estado que ha asumido el compromiso de respetar los derechos humanos, un estado laico ofrece la posibilidad de apoyar el respeto a la dignidad de las personas y de asegurar que éstas actúan de acuerdo a su conciencia, además de que pueden poner en práctica su libertad de creencia y el ejercicio de sus libertades básicas.

Sin embargo, abusar de la...

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