Neocultura del pulque

AutorJesús Pacheco

Si en los 90 fue el tequila la bebida que atrajo miradas y cautivó paladares, hoy es el pulque el que motiva el interés, ya bien de artistas plásticos, escritores o editores que la vuelven protagonista de exposiciones, números monográficos en revistas, cocteles de inauguración en galerías de talla internacional o centros de reunión y entretenimiento...

El pulque, antes relacionado con lo marginal, pareciera estar viviendo su transformación en emblema del México moderno, ya desprovisto de prejuicios y malentendidos. Y, sin duda, sigue demostrando el papel de detonante de cultura que nunca dejó de tener.

El artista plástico sonorense Fernando Robles ha creado un políptico monumental en el que rinde tributo a las pulquerías, a los personajes y los oficios que ahí confluían y que hoy se encuentran en extinción. Seis murales conforman La pulquería, cada uno de 4 metros de largo por 2 de ancho, en los que se atestigua el carácter teatral y celebratorio de uno de esos sitios en los que se consumía la llamada baba sagrada a principios del siglo 20.

En una casa de estilo porfiriano que requirió meses de minuciosa restauración, se encuentra hoy el expendio de pulques finos Los Insurgentes, un bar que se ha dado a la tarea de insertar el consumo de pulque en plena Colonia Roma. A seis meses de su apertura, Gustavo Ruiz y Alan Ureña, dos de los socios, cuentan los motivos que los llevaron a crear un lugar en el que el pulque es la estrella de las bebidas y cuentan cómo ha sido su experiencia hasta el momento.

Bajo la consigna de "transmutar la decadencia en maravilla", el colectivo jalisciense Pulquimia busca sacudir malentendidos y prejuicios en torno al consumo del pulque, y generar un interés creciente en el tema, lo mismo con un censo pulquero que con charlas informales, siembra de agaves o patrocinio de eventos artísticos de primer nivel, muchos de los cuales tienen lugar en un expendio administrado por ellos mismos.

"Intentamos sensibilizar al pueblo y a las autoridades, hacerles saber que el pulque es algo de lo que hay que enorgullecerse", explica Jacinto Preciado.

Y Martín Gómez-Ullate, antropólogo social y académico de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, cuenta sobre el proyecto que busca situar en una hacienda de Tepeapulco, Hidalgo, el Museo del Maguey y el Pulque, e invita al Primer Congreso Nacional sobre el Maguey y el Pulque, que tendrá lugar en Pachuca, Ciudad Sahagún y Tepeapulco del 13 al 15 de octubre.

Fernando Robles: La tragedia festiva

Cuando se disponía a crear un altar de Día de Muertos para San Francisco, California, el artista plástico Fernando Robles (Sonora, 1948) fue a comprar papel de china. No había, pero le ofrecieron una maceración de flor de loto, algodón y otras fibras que le fascinó. Eran pliegos de dos metros por uno. Preguntó cuántos metros tenían. Había 25 y los pidió todos. Se le reveló un trabajo monumental.

Robles había trabajado ya el tema de los sepelios.

"Tuve el privilegio de vivir siete años en París", explica, "sabía bien el privilegio de ser del único país que puede jugar con la muerte. Cuando tienes una perspectiva de un Atlántico, todavía es más interesante, porque te sientes propietario de una tradición única".

Entonces decidió aislarse para comenzar a crear un políptico monumental con una mezcla de tinta china y tierra. ¿El tema? Las pulquerías de finales del siglo 19.

"Renté una casa en Guadalajara y me metí a trabajar. Tardé un año exacto, trabajando desde las 10 hasta las 2 ó 3 de la mañana".

Robles decidió que sería el siglo 19 el retratado en sus murales, por considerarlo un parteaguas para el País, en el que todavía estaba latente la prehispanidad.

"Nada de eso estaba desligado de la vida cotidiana, era más vivo".

Coincidió con su descubrimiento de una serie de fotografías, también de finales del siglo 19, de indígenas que recorrían las calles del centro de la ciudad, y decidió incluir todos esos personajes en sus escenarios de 4 metros de largo por 2 de alto.

Además, plasmó en su serie de seis murales su admiración por Posada. Todos sus personajes son calaveras. Descubrió que las pulquerías...

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