La nieve más cálida de Ontario
Autor | Ivett Rangel Fotos: Miguel Larrauri |
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COLLINGWOOD, Ontario.- Blue Mountain da la más cálida bienvenida a sus visitantes en voz del chofer que los lleva hasta el complejo de esquí más grande de esta provincia canadiense, al noroeste de Toronto: "Habrá 27 grados bajo cero y una tormenta de nieve en los próximos días... que disfruten mucho su estancia".
Todos descienden del autobús con las sonrisas congeladas. Con-ge-la-das. Pero al interior del hotel, una vez entrados en calor, nadie parece preocupado por la tormenta. Este tipo de noticias en Blue Mountain sólo encienden el espíritu de los esquiadores: habrá nieve nueva sobre las pistas, la siempre anhelada "powder" (nieve en polvo), que puede sumar hasta 30 centímetros.
Dicen los lugareños que la ciudad de Toronto, que está a dos horas de distancia, se convierte en un caos con apenas tres centímetros de nieve. "Pero aquí sí sabemos cómo disfrutar del clima, es increíble ver y sentir la nieve caer", asegura Brenda Brown, quien lleva viviendo aquí 40 años, mientras bebe una taza de chocolate caliente en uno de los sillones del lobby.
Y tiene razón. A la mañana siguiente, miles de copos cubren no sólo las 36 pistas que conforman Blue Mountain, también los pasillos y escaleras que conectan a los hoteles con las tiendas y restaurantes. Contra lo que se podría pensar, nadie permanece en sus habitaciones bajo las cobijas o junto a la chimenea: todos se despertaron muy temprano y partieron hacia la montaña. El resort abre a las 9 de la mañana y cierra a las 10 de la noche. Resulta un día muy agitado.
Aquí los esquiadores principiantes e intermedios encuentran un paraíso porque la mayoría de las pistas están marcadas de color verde y azul, indicadores de su poca pendiente y un largo trayecto.
Happy Valley es una de las pistas más sencillas y extensas de la montaña, lo que permite esquiar desde la cima hasta la base. Aquí el novato más cauto se sentirá como un esquiador experto.
A la cima de la montaña se llega en tres minutos en cualquiera de las 15 telesillas disponibles. Ya sólo hay que decidir por dónde descender: hay cerca de 102 hectáreas de terreno esquiable.
"A mí me gusta esquiar cuando está nevando. Es más difícil porque tienes menos visibilidad y te hundes más en la nieve, pero las sensaciones son más intensas", opina Pamela Lush, quien desde niña escapa cada fin de semana de la vida urbana, en Toronto, a la tranquilidad de este resort.
En su niñez, recuerda, Blue Mountain era un lugar completamente distinto. La villa...
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