No te acalambres

AutorAdrián Basilio

Comer plátanos o jitomate crudo, solo o con limón y sal, ayuda a prevenir los calambres, de acuerdo con testimonios de personas que los han padecido en entrenamientos o durante carreras.

Y sí, efectivamente ayudan a evitar la manifestación de estas molestias, que no son otra cosa que contracciones o espasmos musculares involuntarios.

Sin embargo, no son los únicos alimentos que contienen potasio, mineral que pierde el organismo al transpirar cuando se ejercita.

Hay que comer productos ricos en potasio en todo momento, no sólo cuando se vaya a hacer alguna actividad física, sino porque son requerimientos del organismo.

Pero no por comerlos al experimentar un calambre o instantes después las molestias desaparecerán como por arte de magia.

"Este tipo de acontecimientos son habituales en deportistas y en personas que hacen ejercicio. Se manifiestan cuando hay un esfuerzo, pero se presentan en ocasiones finalizada la actividad deportiva o en el transcurso de la noche", explica Víctor Jiménez, licenciado en Nutrición.

"La manifestación de los calambres es atribuida a una gran pérdida de líquidos corporales por la sudoración, lo cuales contienen minerales como el sodio y el potasio, que interviene en los impulsos eléctricos que producen los movimientos musculares.

"Otra causa es la fatiga muscular tras un esfuerzo muy intenso o un entrenamiento de larga duración (más de 4 horas), así como la falta de elasticidad y pre-calentamiento previo a una sesión de entrenamiento, factores que predisponen a sufrir estos eventos, ya que generan falta de control en los sensores musculares generando una contracción sostenida y dolorosa de la masa muscular", añade el nutriólogo que trabaja con deportistas en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento (CNAR).

El sodio y el potasio con minerales básicos de los electrolitos, que son sustancias presentes en la sangre y otros líquidos corporales que llevan una carga eléctrica, y que tienen participación en diversos procesos corporales como la cantidad de agua en el cuerpo, la acidez de la sangre (pH), la actividad muscular y otros, precisa el especialista.

"Por eso es importante una dieta rica en estos minerales para asegurar el buen funcionamiento muscular aunque al transpirar es inevitable su pérdida y, en algunos casos, podría ser la causa de los calambres. Sin embargo, si cuentas con buenas reservas y los repones correctamente mientras corres, esta pérdida no debería causar estos malestares"...

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