'Yo no me canso'

AutorMartha Martínez

A diferencia del procurador Jesús Murillo Karam, el padre Alejandro Solalinde no se cansa.

"Yo no me canso; si me canso, descanso y le sigo", asegura.

"De lo que estoy cansado es de la hipocresía de la clase política, del abuso, del adormecimiento de la gente, de la indiferencia, de la falta de respuesta. Me canso de la resignación de las personas que piensan que todos los problemas que tenemos se van a resolver de arriba a abajo, cuando tenemos un gobierno irresponsable e insensible que no ha estado a la altura de las circunstancias que vive México", sostiene.

A nueve días del "ya me cansé" dicho por Murillo Karam al término de una conferencia de prensa sobre los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero, Solalinde recuerda que el 10 de diciembre de 2012, cuando le entregaron el Premio Nacional de Derechos Humanos, el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió a lograr que el respeto a los derechos humanos pase del papel a la realidad.

Han pasado casi dos años, y dicho compromiso no se ha cumplido. "Esa promesa, como muchas otras, no se puede cumplir, porque estos políticos no se han formado en el respeto a los derechos humanos, en el reconocimiento a la dignidad humana. Ellos antes de entrar ya traen agenda, ya traen compromisos políticos", advierte.

Para el director del albergue Hermanos en el Camino, de Ixtepec, Oaxaca, el caso de los normalistas desaparecidos no sólo es una confirmación del desinterés de los tres niveles de gobierno por el respeto a los derechos humanos, es también un recordatorio de que en el país hay más violencia, desapariciones forzadas y crímenes sin resolver.

El sacerdote que en mayo de 2012 abandonara el país tras recibir amenazas de muerte por el trabajo que realiza a favor de los migrantes en tránsito por México, asegura que si Peña Nieto escuchara a la gente, se evitarían muchas tragedias.

Recuerda que desde el año pasado solicitó una reunión con el mandatario a fin de llevarle las voces y propuestas de afectados por la violencia. La única cita que le habían confirmado fue cancelada.

"Quería platicar con él, con Miguel Ángel Osorio Chong, con Murillo Karam y con los que ellos quisieran, pero no en la oficina, no en una reunión formal, sino como seres humanos, de persona a persona, no de personaje a personaje. Le dije que quizá yo como sacerdote que había vivido y que vivo con gente de abajo, con gente excluida que sufre mucho, tenía algunas voces que pasarle y que ojalá cambiáramos México. No les...

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