No la dejarás correr...

AutorIván Sosa

Hay algunos clubes deportivos en donde es posible derrochar el agua al tomar una ducha bajo la regadera durante largo tiempo.

Eso es posible y sin culpas, porque el pago de la cuenta incluye la operación del más sofisticado sistema de tratamiento de agua para recircularla una y otra vez.

Aunque el desperdicio al bañarse ha dejado de ser una práctica frecuente, porque en el exclusivo Club Raqueta de los Bosques, en Las Lomas, por todos lados se observan letreros convidando a economizar el agua.

"Los socios lo saben, se bañan con la misma agua de la semana pasada, del año pasado, porque la limpiamos en un sistema tecnológico, al que le aplicamos pruebas de calidad para verificar, nosotros por nuestra cuenta, que nuevamente es potable", contó el gerente del club, Eduardo Covarrubias.

Frente a la gerencia, hay que descender por una escalera para ir a dar a los cuartos de máquinas, en los cuales sobresale un pequeño dispositivo de diseño industrial en nada parecido a las enormes plantas de tratamiento circulares.

"Después de ser recolectada por la red de aguas residuales, el agua llega a un tanque, de ahí se bombea al sistema Optimum, que en forma automática, limpia el agua en procesos sucesivos hasta cumplir con todos los parámetros de calidad potable exigidos por la norma 127, de agua para consumo humano, y luego devolverla a la lavandería y las regaderas", comentó el supervisor del reactor, Alfredo Galván.

Operado por una computadora en forma automática, el dispositivo recirculante de agua es financiado y saldado en menos de tres años con los ahorros obtenidos al disminuir el monto de la factura expedida bimestralmente por el Sistema de Aguas del Distrito Federal.

Adicionalmente, el club ubicado en la delegación Miguel Hidalgo construyó una cisterna para captar la lluvia, limpiarla en otro dispositivo aún más pequeño y aprovecha esos caudales al regar la arcilla de las canchas y los jardines.

Localizado en Bosques de Duraznos, dentro de una plaza comercial, el club ahorra agua con un rector tecnológico desarrollado en Israel, cuya escasez de agua y territorio desértico ha sido convertido en áreas fértiles y cultivables con innovaciones como la desalinización de mar, el riego por goteo o plantas de tratamiento para repotabilizar el agua, con niveles de limpieza adecuados para inyectar los caudales en el acuífero subterráneo.

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