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No pasa nada para Saddam

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Vincent
AutorFrancisco Peregil

EL PAIS

BAGDAD.- El domingo, mientras el mundo entero vivía pendiente de la reunión entre George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar en las islas Azores, el primer canal de la televisión iraquí mostraba una cara totalmente distinta del conflicto. Saddam Husseim, sentado ante una mesa blanca, con fondo blanco, puro en mano, vestido de traje gris y corbata, escuchaba a decenas de oficiales que proclamaban su lealtad al Presidente de Iraq.

Con su taza de té al lado de un micrófono con trípode, el Mandatario hablaba con el puro en la mano izquierda y gesticulaba con la derecha. Al rato, se cambiaba de mano el puro. Parecía encontrarse en el salón de su casa.

Los oficiales tan pronto declamaban su discurso escrito en tono ampuloso como coreaban cánticos de apoyo al líder o prometían lealtad y los mayores sacrificios por él y por la patria. Saddam los interrumpía tranquilo para introducir algún comentario jocoso que todos celebraban con risas. A uno que dijo hablar en nombre de él y de su familia lo cortó en seco: "O sea que hablas en nombre tuyo y de tu familia, je, je. Bien, je, je". Todos rieron. Y nadie más fumaba. Al menos las cámaras no enfocaron nunca a ninguno con cigarro o puro.

"El quería dar la impresión de que está todo bajo control", comentaba una espectadora. "Pero la escena y las palabras que decían los oficiales y lo que contestaba él se parecía a otras reuniones que ha celebrado las últimas semanas. En realidad, no sabes si repiten el encuentro de la semana pasada o es uno nuevo", señala una espectadora que pide preservar el anonimato.

"Vamos a entrar en la guerra porque estamos ya preparados para ello", decían uno tras otros los oficiales. Y Hussein reafirmaba las palabras de ellos. "Seremos como nuestros abuelos que luchaban con sus herramientas de trabajo", comentaba antes de dar un repaso a Estados Unidos y a su empeño por encontrar armas: "Las armas no son como agujas. Porque los inspectores venían y nosotros cooperamos con ellos", comentaba Hussein.

Y al rato: "Cada uno puede preguntarse: ¿Quién nombra a Estados Unidos como un juez injusto?". Después: "Los periodistas deben revelar la verdad y decir que Iraq no tiene armas de destrucción masiva. Si quieren esas armas...

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