'No quiero ir con papá'

AutorLuis Cruz

Uno de sus hijos se lo advirtió: ya no quería regresar con su papá.

Pero Laura le pidió que la esperara una semana más, y aquella noche del 16 de agosto del 2009 no volvería a ver sus dos pequeños y de eso se encargaría su ex esposo.

Laura Rocha Irizarri tiene 30 años de edad y desde hace un año y ocho meses está en una lucha por encontrar a sus hijos, pero el enemigo no es visible, no sabe contra quién luchar ni por dónde buscar.

Hace más de dos años se divorció de Gabriel Jacinto Frausto, con quien vivió seis años.

La madre de familia recuerda que fue una infidelidad lo que acabó con esa relación, pues mientras estaba embarazada de su segundo bebé, su esposo tenía una amante, quien también estaba en cinta, por lo que decidió separarse de él y los dos pequeños, Braulio, de dos años de edad, e Ivan, de seis, se quedaron a vivir con ella.

Mientras ella cursaba el tercer año de la especialidad de medicina familiar, la enviaron al Estado de Hidalgo a realizar un servicio social.

Esta actividad la orillaba a tomar una decisión: llevarse a sus hijos a vivir con ella o aceptar la propuesta del padre que consistía en hacerse cargo de ellos, mientras ella los visitaba los fines de semana.

"Él me dijo que él me ayudaba cuidándolos entre semana y yo venía los fines de semana a estar con ellos, así le hicimos".

La pareja quedaría de acuerdo en la segunda opción, Laura asegura que durante los seis meses había una buena convivencia con su ex esposo, quien tenía nueva pareja y otro hijo.

"Fueron seis meses, de marzo a agosto así le hicimos, él los tenía de lunes a jueves, y los viernes me los entregaba en la noche", recuerda.

"Cuando se cumplen los seis meses, ya termino mi servicio social y regreso a la Ciudad de México y me dice que no me los va a regresar, pero los deja de llevar a la escuela inmediatamente, citas médicas, todo", explica la madre de familia.

A partir de ese momento, Laura sabía que sería una lucha difícil y demandó a Gabriel, quien fue citado por un Juez para solucionar el problema, pero el hombre no asistió a ninguna de las nueve audiencias.

Gabriel fue aprehendido y consignado al Reclusorio Norte, en donde lo sentenciaron a un año de prisión por el delito de retención de menores, aunque la condición para que obtuviera su libertad consistía en revelar el paradero de sus hijos.

Cumplido el plazo, Gabriel, también médico de profesión, no reveló el paradero de sus hijos, optó por perder su libertad otros cinco años, que fue el...

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