NOCHE Y DÍA / Ciudadanos 4 x 4
| Autor | Sergio González Rodríguez |
Ahora se sabe que los mexicanos tienen cuatro dispositivos en promedio para conectarse en Internet. México es una sociedad ultraconectada y, al mismo tiempo, sumisa ante la calidad de los servicios que le dan las grandes corporaciones.
Nuestros tecnófilos son muy buenos para comunicarse a nivel horizontal, pero resultan muy resignados cuando se trata de hacer valer sus derechos: en días pasados, hubo una falla de telefonía celular en la capital que duró cerca de 12 horas. Sólo hubo 18 quejas entre miles y miles de usuarios y éstos aceptaron, a cambio, una "bonificación" en su cuenta de 20 pesos.
El auge de las redes sociales se vincula más con el deseo de participar en la atmósfera de vecindario enredado, que en el entendimiento de la realidad y los asuntos básicos que determinan la vida de las personas. De acuerdo con el 5º Estudio de Consumo de Medios entre Internautas Mexicanos de IAB México, el 96 por ciento de los internautas se ocupa de tres actividades: enviar correos, entrar en redes sociales y chatear. En inversión proporcional, han reducido a lo mínimo hablar por teléfono, ver televisión, leer periódicos y libros. El libro electrónico es nulo.
En redes sociales, las tareas primeras son ver y subir fotos, enviar mensajes instantáneos, publicar mensajes personales y ver actualizaciones de contactos. El 77% de este vecindario utiliza las redes sociales para "informarse". Facebook (96%) y Twitter (58%) atraen el mayor uso.
Después de las seis de la tarde, los internautas muestran predisposición hacia la publicidad comercial. Y sólo la mitad de ellos realiza compras en Internet (57%). ¿Tiempo promedio de conexión a través de sus cuatro dispositivos? Cuatro horas al día. La fusión de productor-consumidor muestra la obediencia de los internautas al modelo tecnofílico: equilibran lo pasivo (envíos) con lo activo (consultas). Después de Internet, la televisión ocupa el índice emocional más alto. La misma relación se presenta con el índice de información.
En el cruce de tales coordenadas, es decir, el apego emotivo a la TV y el vecindario enredado, puede estar la explicación de por qué más del 80 por ciento de los mexicanos reprueba el dictamen de la Suprema Corte de Justicia al otorgarle a Florence Cassez un amparo liso y llano, que significó su liberación inmediata. Como casi todas las quejas y reclamos que ofrecen las redes sociales, sus códigos enredados se identifican en particular con un tono visceral que pierde y altera el debate...
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