Noche y Día / Cobra: La cárcel como metáfora

AutorSergio González Rodríguez

El protagonista de Cobra, la extraordinaria novela de José Miguel Tomasena, ofrece una historia de vida cuyo interés reviste una importancia primordial. En una realidad que, como la mexicana, presenta la inversión de los valores, el espacio de la libertad se reduce y crea zonas de oportunidad para degradar y para degradarse.

La narrativa literaria realizada entre nosotros por escritores nacidos en los años 70 del siglo anterior, y Tomasena (1978) lo ejemplifica de modo claro en su primera novela, ha recuperado diversas tradiciones y posibilidades provenientes de las letras mexicanas, iberoamericanas o internacionales, así como ha incursionado en géneros y subgéneros (historia, horror, ficción fantástica o policial, relatos conceptuales, etcétera) para abrirse a la emergencia de nuevos lectores. Esta riqueza propositiva patentiza ya un cambio generacional de alto impacto.

En el caso de Cobra se trata de un potente relato carcelario, que se incluye desde ahora en lo mejor de este tipo de historias, que cuenta entre sus mayores exponentes a José Revueltas, Álvaro Mutis, Luis González de Alba y, a últimas fechas, Gonzalo Lizardo. El antihéroe de Tomasena es un sicario que cae en desgracia dentro de un penal y, a partir de allí, registrará una serie de vicisitudes del todo inusitadas respecto de su estatuto previo: el victimario pasa a encarnar una víctima del acuerdo de poder que antes lo encumbró.

El método de escritura de Tomasena resulta distintivo: para escribir su novela no sólo se documentó acerca del tema penitenciario, sino que acudió a dicho espacio y entrevistó a diversos activistas que realizan tareas humanitarias allí. Así, planteó un horizonte de lecturas canónicas, de la Biblia a las novelas de Dostoievski, entre otros autores, con el fin de tener un corpus textual del cual se desprende su propio relato, que asume un procedimiento literario distinto a la crónica periodística, de suyo dominante en el enfoque narrativo referente a la realidad.

Tal empresa de lectura-escritura está lejos de...

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