Noche y Día / Fadanelli, el incómodo

AutorSergio González Rodríguez

Los tiempos de caos llevan consigo el auge de la imaginación creadora. Al menos, esto puede vislumbrarse en las expresiones culturales de México en los últimos tiempos.

Tal impulso adquiere sus propios atributos hasta el grado de trascender el mero determinismo. Más bien, lo que se produce es un desdoblamiento crítico ante los indicios y evidencias de erosión cotidiana en los diversos ámbitos de la esfera pública. Pulsa allí la promesa de una inminencia reconstructiva.

Una de las formas de enfrentar semejante situación es acudir al observatorio de lo inmediato para encontrar en la materia deleznable una vía hacia la supervivencia en medio de la confusión y sus efectos perversos.

Narrador reconocido por sus relatos punzantes, en los que las certezas convencionales se derrumban ante la fuerza degradadora del último de los refugios, la urbanidad, es decir, el mundo íntimo de la pareja o de la convivencia familiar, en suma, del vitalismo visceral como respuesta ante el peso del mundo que se derrumba también poco a poco, Guillermo Fadanelli ha querido inspeccionar desde la escritura aforística lo que bien ha expresado desde la narrativa.

Ajeno a las cortesanías institucionales, sarcástico respecto de los valores gremiales de la letra, brillante en el exterminio de los lugares comunes de la intelectualidad mexicana y sus fetiches (la idea de la obra maestra, la sumisión ante cualquier mandato, la vanagloria como sello de élite, etcétera), la postura de Guillermo Fadanelli impresa en libros y artículos ha tenido una recepción ambivalente de cinco años atrás a la fecha.

Por una parte, resulta molesto para quienes rechazan sus desplantes literarios o personales, su desdén ante la exquisitez estilística, su registro y vivencia de la narcosis; entre sus desafectos, abundan los que censuran su presencia o su palabra, como si el solo hecho de no hablar de él representara su muerte civil. Por otra parte, proliferan cada vez más, sobre todo, lectores nuevos, quienes encuentran en su literatura una confirmación de certezas compartidas en la dificultad de tolerar la realidad tal cual es.

En el volumen de apuntes titulado Dios siempre se equivoca (Joaquín Mortiz, 2004), obra atípica o heterodoxa si se le compara con los prestigios de escritores de su edad, Guillermo Fadanelli asume desde el inicio la desolemnización de un género de escritura, el aforismo, que ha transitado a lo largo de la era moderna con un "dejo de santidad odiosa". Asimismo, define el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR