Una noche en la fábrica de la realidad

AutorLeonardo Tarifeño

BARCELONA.- En mayo del año 2000, cuando el programa El gran hermano comenzó a ser transmitido en España, el filósofo Gustavo Bueno (La Rioja, 1924) fue entrevistado por la prensa y lo criticó duramente por su contenido.

"Se trata de un experimento para chimpancés. Se trata de monos experimentales", dijo entonces.

Sin embargo, pocos días después, el escritor cambió de opinión y pasó a escribir semanalmente artículos en torno a este mismo programa para la revista Intervieú. "Al principio, percibí el programa (Big Brother) como un experimento para chimpancés, es verdad. Pero luego, cuando vi que los concursantes querían donar el dinero del premio a los nigerianos y luego a la hija de una de las participantes, pensé que se trataba ahora de una Rebelión en la granja, y entonces opté por celebrar ese 'gesto de humanidad' y verlos con mucha más atención".

Pero los premios en efectivo no fueron donados.

Eso también es verdad. Es humano cambiar de opinión. Ellos mostraron buenas intenciones, y aunque al final no las cumplieron, el hecho es que lo desearon. El ser humano se distingue por eso: tiene buenas intenciones y, a la hora de la hora, cambia de opinión.

Bueno publicó recientemente el libro Telebasura y democracia, en el que analiza el mundo de la televisión y la calidad de sus contenidos.

El no defiende la telebasura -categoría que engloba los programas dirigidos a explotar el morbo, el escándalo o el sensacionalismo- sólo la analiza, porque considera que la basura también es parte del mundo.

El programa se anunciaba en España así: "La vida misma". ¿Qué significa para usted ese eslogan?

Suele afirmarse que la conciencia de ser visto altera la conducta. Pero eso le ocurre a todo el mundo, esté o no en televisión. Todos somos personas en el sentido griego de la palabra. Todos, al ser vistos, estamos en escena. Todos comenzamos a "actuar" al momento de ser vistos, pero, aun cuando nos estuvieran viendo 11 millones de personas, podríamos intentar "actuar", "fingir", pero al final toda esa "actuación" no puede sostenerse, y los espectadores distinguen cuando se finge y cuando no.

Usted asistió como invitado a una de las emisiones de El gran hermano, ¿perdió en ese momento su distancia de observador?

Hay una distancia fundamental, que yo no perdí por el hecho de participar como invitado en El gran hermano. Esa distancia es el lenguaje, el que nos permite analizar una realidad. Aunque la veamos por los ojos, la expresamos por la vía del lenguaje, y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR