'Se nota que son de Iztapalapa'

AutorJorge Ricardo

FOTO: TOMÁS MARTÍNEZ

"Yo soy Iván Pedro Estrella Mosco, tengo 24 años, y seis años me había quedado en las eliminatorias, pero ya voy a ser por fin el Cristo". "Zaira Virginia Vargas Zamora y tengo la dicha, el orgullo, de representar a la Virgen María". "Yo soy Francisco Ledesma Tierradentro, tengo 37 años, y me toca representar a Judas". "Yo soy Leobardo Vargas, tengo 11 años y por segundo año consecutivo soy el Niño Espía".

Dicen, poniéndose de pie un sábado, día de sesión en la casa de los ensayos de Iztapalapa. Dos plantas, un patio largo, sillas, botes de plástico y el suelo, como butacas. Se pasan el micrófono, orgullosos, sabiéndose los elegidos. De 70 que compitieron, seleccionaron a 20. Hasta que los interrumpe el presidente del Comité Organizador de la Semana Santa, Miguel Ángel Morales Larrauri. Que pide menos nervios a unos y, a los otros, que se calmen.

-Se nota que son de Iztapalapa, muy giritos, nada más les falta decir que el barrio los respalda -juzga, con su autoridad de presidente organizador.

Les dice también que lo que no se aprendieron en tres meses, de enero a marzo en fines de semana de ensayo, no lo aprenderán en una semana y que Dios los ayude. Pero no ocurren milagros y el día de la conferencia de prensa en la explanada delegacional es igual. El Niño Espía empuña el micrófono como si fuera a cantar un rap. Y el más nervioso es Iván, vestido de Cristo de Iztapalapa, de pie, con los talones muy juntos, talones de maestro de bailes de quinceañeras, que es lo que es. Se ve más fuerte, más alto, con esa espiritualidad que impone la sotana. Aunque se equivoca.

-Conmigo quiero enseñarles, les demuestro la perseverancia; tras seis años de intentos, este año lo estoy logrando, mi sueño -dice el Cristo.

Socorro Silvia Mosco, su madre, ahí sentada entre los reporteros, ni toma en cuenta que se enreda. Llora detrás de sus lentes oscuros. El papel de baño entre sus manos ya desecho. Cuenta que esto deveras fue un milagro que comenzó en 2013, desde que su muchacho cumplió la edad para concursar por ser el Cristo. "Lo pusieron de Apóstol Tadeo. Y cómo va siendo: cuando sueltan la paloma, que es el Espíritu Santo, vino y se sentó en sus manos. Fue ahí cuando yo le dije: 'tú vas a ser el Cristo'".

Ahora tiene 24 años. Dos meses de entrenamiento, de brincar la cuerda con un boxeador al pie de las cruces del Cerro de la Estrella, de cargar un tronco y luego una cruz redonda que da tumbos contra el suelo, que gira a un lado, al...

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