Coordenadas/ Más nubes

AutorEnrique Quintana

Hay dos factores más que nublan las perspectivas internacionales y crean preocupaciones adicionales sobre los mercados: el primero es la situación financiera de Brasil en vías de sus elecciones presidenciales de octubre. El segundo es la crisis de los gobiernos corporativos de las empresas que ha estallado en Estados Unidos desde que detonó el caso Enron.

Ayer ya le comentábamos otros factores como la crisis de las empresas de telecomunicaciones; los riesgos geopolíticos en Medio Oriente y Asia; la caída de la confianza de los consumidores en EU; la devaluación del dólar frente al euro y la pérdida de confianza en las perspectivas económicas.

A esas circunstancias, hay que agregar la inquietud que se presenta en Brasil luego de que gestionó una línea de crédito de 10 mil millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional. Más allá de las medidas específicas, el mensaje que se ha mandado a los mercados es que las finanzas de Brasil andan peor de lo que parecía apenas hace algunas semanas.

El otro factor es la desconfianza que se ha producido en Estados Unidos como resultado de la crisis de Enron y Andersen.

Los inversionistas ya no están seguros de que sus fondos estén seguros salvo que reciban diversas garantías de que las empresas cuyas acciones compran estén equipadas con todo un sistema de vigilancia interna que permita garantizar que la administración no va manejar las empresas de acuerdo con su interés, en vez de hacerlo en función de los intereses de los accionistas.

Aunque ya no hay escándalos de las proporciones de Enron o Andersen, hay una situación de desconfianza que cundió y que se ha agregado a todos los otros factores para complicar todavía más el delicado clima económico.

Será crucial para la formación de expectativas el resultado de la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal.

Curiosamente, para muchos tal vez un alza de las tasas de interés sería la mejor noticia que pudiera darse, pues eso significaría que para Alan Greenspan ya no existiría el temor de inducir a una mayor recesión.

Si ése fuera el caso, entonces podría pensarse que finalmente la economía va caminando.

Si el resultado es que se dejan sin cambio las tasas, esto podría significar que los encargados de la política monetaria todavía ven serios riesgos en la economía, lo que podría provocar una nueva erupción del pesimismo.

La respuesta la tendremos la próxima semana, cuando el martes y miércoles se realice la esperada...

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