Nutre historia a la literatura

AutorDaniel de la Fuente

REFORMA / Nuevo León

MONTERREY.- Las ruinas que mira horrorizado el Angelus novus, pintado por Paul Klee e interpretado por Walter Benjamin, son las que nutren la literatura. Vuelta al pasado, la figura patética contempla los ardientes escombros que son la garantía, a su vez, de que mientras haya historia los escritores tendrán algo que narrar, algo extraordinario.

Esta tesis soportó la tarde de ayer la conferencia magistral del nicaragüense Sergio Ramírez El ángel de la historia. Temas y motivos de la escritura narrativa en América Latina, en la Sala Mayor de Rectoría del Tec de Monterrey.

Invitado por la Cátedra Alfonso Reyes, el autor de Margarita, Está Linda La Mar exploró la importancia que tienen el mito y la historia en la literatura latinoamericana.

Antes de ello, el escritor, de "complexión corpulenta y mirada atortugada", según su presentadora, Silvia Cherem, le recordó a un público conformado mayoritariamente por jóvenes el origen nicaragüense de Domingo, el abuelo de Alfonso Reyes.

El autor de Castigo divino comentó que "la América de las exageraciones y las reducciones" sería imposible comprenderla sin la fantasía de sus conquistadores; hijos de los libros de caballerías, llegaron en busca de la fuente de la juventud, de ciudades de cúpulas de oro macizo y pavimentadas de esmeraldas, y cuya geografía era definida por los conquistadores a su paso de igual manera que en sus libros: El Dorado, Amazonas.

"La historia de América se inventó a sí misma desde el principio", explicó. "Su mito estuvo compuesto por su naturaleza inconmensurable de hervores espumosos, la variedad racial, las maravillas que esperaban encontrar los conquistadores y el regreso de la serpiente emplumada prometida a los líderes indígenas".

De esa naturaleza mítica de ríos sin principio ni fin y de selvas que respiran con aliento animal saldrían obras marcadas por sus territorios: Don Segundo Sombra, Doña Bárbara, Pedro Páramo.

La narración surgió a la vez que el continente, dijo Ramírez. Por eso, es imposible la sentencia de Luis Alberto Sánchez: América, novela sin novelistas, cuando ya habían sido publicadas Doña Bárbara, Los de Abajo y La Vorágine, y próximos el "milagro" de Juan Rulfo y el boom.

Hoy, recordó, pervive la idea de Carlos Fuentes, "la novela total", escrita capítulo por capítulo por un coro de escritores de varios países.

El autor de Catalina y Catalina señaló que nunca ha sido posible separar la verdad de la mentira. América es el fruto de la...

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