Obligan a industrias a proteger a animales

AutorMáximo Kuri

REFORMA/ CANADA

VANCOUVER.- Cada vez más consumidores quieren saber los detalles de la comida que se sirve en sus platos, y ese interés está cambiando las condiciones de vida -y de muerte- de millones de animales en el mundo.

Nada más eficaz para quitarse el antojo de un jugoso . lete o de una esponjada hamburguesa de pollo que ver por lo que pasan los animales y las aves en las operaciones de agricultura intensiva que los procesan.

Por eso, preocupados por la posible reacción de sus clientes, algunos de los líderes mundiales de la industria alimenticia están transformando sus prácticas, asegurando al mercado que sus productos han sido elaborados sin ninguna clase de crueldad.

En Norteamérica, gigantes como McDonald’s, Burger King, Wendy’s, Safeway y Kroger han cedido a la presión de grupos defensores de los derechos de los animales como la organización Gente por el Trato Etico de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés), al anunciar programas que obligan a sus proveedores a mejorar las condiciones de los animales en sus instalaciones de producción.

Bajo las nuevas normas, las empresas de comida rápida, por ejemplo, se comprometen a exigir más espacio en las jaulas que se usan para las gallinas que producen huevo.

Las empresas también han prometido inspeccionar sistemáticamente los mataderos de cerdos, pollos y reses de sus proveedores, y dejar de comprarles a quienes no cumplan con los requisitos.

“Para no perder los contratos con esas grandes compañías, los productores ya no pueden dejar a las gallinas sin comer por varios días como técnica para hacerlas poner más huevos, y se obligan a usar métodos humanitarios para manejar a los animales” dice William Rivas, coordinador de PETA en español.

PETA lanzó en julio una demanda contra la empresa Kentucky Fried Chicken (KFC), acusándola de mentir a sus clientes sobre las condiciones de crianza de los pollos que vende.

KFC ya formó un consejo de asesoría para el bienestar de los animales que acaban servidos en sus más de 11 mil sucursales en varios países. La compañía ya empezó también un sistema de inspección en las 52 plantas que operan sus 18 proveedores de pollos.

Así, los pollos amontonados de a siete en jaulas del tamaño de un horno de microondas, transportados en viajes continuos de hasta 53 horas y a menudo desplumados vivos podrían pronto ser cosa del pasado.

Tampoco son aceptables ya las granjas que encajonan e inmobilizan a las vacas preñadas, las que separan a los becerros de...

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