La obra del Padre Serra

AutorCarla Guerrero

REFORMA/Enviada

JALPAN, Qro.- Para conocer las cinco misiones de la Sierra Gorda hace falta retomar un poco de su historia, pero sobre todo, la de su fundador: Fray Junípero Serra.

La importancia de este personaje en la construcción de las misiones despertó un cariño que aún prevalece entre los habitantes de la región, quienes le llaman, cariñosamente, el "Padre Serra", a pesar de que murió hace un par de siglos.

La admiración por este singular fraile se proyecta en el nombramiento de una calle, en la escultura levantada en el atrio de la iglesia o en su vida inusualmente relatada en un cómic.

Su nombre real fue Miguel José Serra Ferrer y nació el 24 de noviembre de 1713 en Mallorca, España. Junípero significa "el más pequeño de los hijos de Dios" o "los hijos de San Francisco de Asís", por lo que en 1731 se le cambio de nombre respondiendo a tal atribución. Su amigo, Francisco de Palou, sería el encargado de retratar la vida de este personaje en libros.

Cuando llegó a Veracruz en 1794, un animal ponzoñoso lo picó en el pie, padeciendo de esta parte del cuerpo durante toda su vida. Fue por eso que los indios le llamaron el "fraile de la pata coja", y los españoles, "el de los pies salados".

Sin embargo, su labor en las misiones de Jalpan, San Miguel Concá, Tilaco, Landa y Tancoyol hizo que se convirtieran en una de las obras arquitectónicas más importantes del Siglo 18.

En Honor a Santiago Apóstol

De las cinco misiones, Jalpan es la primera y única en la que el Padre Serra participó en la mano de obra junto con Francisco Palou.

El resultado fue un edificio de estilo barroco, que combina elementos indígenas como guirnaldas de flores, conchas, frutas, jaguares y conejos con elementos de la arquitectura española. Ejemplo de esto es un águila bicéfala que representa el encuentro de dos mundos, América y Europa, con el águila de la corona de los Habsburgo y el águila sobre el nopal de los mexicas; o bien, los cuatro atlantes indígenas que conviven con San Pablo y San Pedro.

Para construir esta misión, como todas las demás, se hizo una mezcla a base de arena, clara y cascarón

de huevo, baba de nopal y cal, que sirvió como base.

El escudo franciscano está presente en cada uno de los templos y se reconoce porque representa el brazo llagado de Cristo unido al de San Francisco de Asís, cubierto por el hábito.

Destaca en el centro el lucernario u ojo de toro cuya función es permitir la entrada de la luz del Espíritu Santo. En sus esquinas y parte...

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