Ocotlán: Se viste de fiesta santuario tlaxcalteca

AutorLuis Romo Cedano

Fotos: Luis Romo Cedano

Durante todo mayo tienen lugar las fiestas de Nuestra Señora de Ocotlán, patrona de Tlaxcala, un despliegue de coloridas expresiones populares en torno a la fe y la devoción mariana local. Lo peculiar de estas fiestas -y lo que las convierte en una excelente oportunidad para un viaje- es que tienen como sede central una obra maestra de la arquitectura nacional: la basílica de Ocotlán.

Las fiestas ocupan todo mayo (mes de María), desde el sábado 1, en que celebran los peregrinos de los barrios cercanos, como Tlacomulco y Ocotlán, hasta el lunes 31. El lunes 3 de mayo, la imagen de Nuestra Señora fue bajada de su nicho y colocada en el altar para ser venerada por todos sus devotos. Distintas agrupaciones celebran en los días posteriores. El lunes 17 fue el día de mayor jolgorio, puesto que es cuando se realiza la solemne procesión con la Santísima Virgen a la ciudad de Tlaxcala. La procesión recorre templos y calles del centro histórico de esta notable urbe, que para tal evento lucen en algunos tramos alfombras de aserrín y arreglos florales especiales. Más tarde, el domingo 30, tendrá lugar la misa y coronación de la Santísima Virgen.

Para quienes no pudieron asistir a los festejos anteriores, les queda todavía la misa solemne del lunes 31 (11:00 horas), tras de la cual tiene lugar una peregrinación en el mismo barrio de Ocotlán. Las alfombras de aserrín, típica tradición del arte popular tlaxcalteca, son fenomenales; por momentos duele que unos dibujos tan trabajosos y delicados duren apenas unas horas, pero la devoción tiene su explicación para ello: se trata de hacerle un bonito camino luminoso a la Madre de Dios y de los hombres, aunque todo el esfuerzo para ello culmine con rapidez.

La muchedumbre que acompaña la procesión canta, reza y lleva consigo flores y palmas. La hermandad de los Caballeros de la Virgen se encarga de llevar en andas a la preciosa imagen y el gran dosel que la cubre. Cohetes y bandas hacen el estruendoso acompañamiento. Y la procesión retorna a la basílica. Ese mismo día es la celebración de los choferes, por lo que muchos de ellos engalanan sus vehículos para la bendición. Es realmente simpático observar a taxis y colectivos en plena ciudad cubiertos con ramos de flores y arcos vegetales ornamentales.

En medio de la algarabía, el visitante puede gozar con el precioso relicario que es la basílica de Ocotlán. Este santuario nació en el siglo 16, luego de la prodigiosa aparición de la Virgen...

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