'Me ofrecieron la candidatura de la coalición'

AutorHumberto Lira Mora

METEPEC, Estado de México.- Entre el 4 de noviembre y el 3 de marzo últimos, conspicuos dirigentes nacionales y locales del Partido de la Revolución Democrática, del Partido Acción Nacional y del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA), atendiendo acuerdos al interior de sus organizaciones, conversaron conmigo en cuatro diversas ocasiones en torno a su propuesta sobre "la construcción de una candidatura" de coalición de dichos partidos en las próximas elecciones para la gubernatura del Estado de México.

Aprecié, y así lo sigo haciendo hoy, que tal iniciativa me haya considerado señaladamente, más aún al escuchar de su parte que el objeto de las conversaciones era intercambiar puntos de vista sobre los medios para recuperar en mi estado la maltrecha vida democrática, a cuyo intento me convocaban en nombre de sus partidos, asumiendo como uno de tales medios la posibilidad de una candidatura de coalición. La significación de los encuentros fue mayor porque en ese entonces el tránsito hacia la coalición parecía tener alguna viabilidad.

Pienso que las coaliciones electorales entre corrientes políticas opuestas son una manifestación de la inteligencia y habilidad de los políticos que se reúnen en un esfuerzo, no exento de dificultades, para lograr ante determinadas circunstancias adversas el fin de ganar al adversario común la mayoría de los votos. La legitimidad de ese propósito no puede ponerse en duda. En lugares donde la civilidad política existe y se practica, las coaliciones electorales son usuales y por supuesto sus políticos, sobre todo los que gobiernan, tienen la calidad y la sensibilidad suficientes para no militar contra ellas, pues al final de cuentas se trata del ejercicio de las libertades políticas de los ciudadanos, que los gobernantes deben ensanchar, respetar y proteger, y nunca menoscabar.

'Spotización' y ausencia de ideas

Las largas conversaciones efectuadas en mis oficinas de la Ciudad de México con los representantes del PAN, PRD y DIA fueron encuentros muy valiosos que hoy aquilato aún más, a la luz del destino final que en el PRD tuvo ese intento coalicionista.

En mi turno expresé a los representantes de esas organizaciones que siempre me ha enorgullecido ser miembro del PRI, a cuya militancia he estado cercano a lo largo de más de dos tercios de mi vida, que ya remonta los 60 años. En ese largo tiempo he podido ejercer, gracias a mi partido, responsabilidades muy honrosas dentro y fuera de mi estado, varias de ellas de elección popular e incluso cargos de dirigencia en el Comité Ejecutivo Nacional en dos elecciones presidenciales; en 1994 como secretario de Acción Electoral, los últimos de esos comicios que el PRI ganó. Les dije también que me hice a la vida política en tiempos distintos a los actuales y que entre las generaciones políticas de las que he sido contemporáneo obviamente no está la actual, y aunque en ocasiones una de las sabias virtudes del PRI ha sido entreverarlas, hoy en mi persona no se da ese caso y por tanto no estoy integrado a la generación que hoy tiene la conducción de mi estado.

Les dije también que el hecho de no haber activado en los años recientes mi militancia en el PRI con la intensidad que siempre lo hice en el pasado no obedecía a que hubiera abdicado de sus principios y valores democráticos, en los que sigo y seguiré creyendo, sino a que me resultaría difícil sacrificarlos ante las prácticas de los protagonistas de hoy con quienes no tengo afinidades ni coincidencias y quienes en mi opinión no se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR