El Ojo Breve/ Anni Albers: Tejidos al sur de la frontera

AutorJames Oles

Pocos artistas en el México posrevolucionario parecen haber tenido mucho interés en el arte textil como fuente para sus nuevas investigaciones plásticas. Habían quienes se inspiraron en otras manifestaciones de las artes populares -como los exvotos y las máscaras indígenas- pero los tejidos tradicionales, sean de origen indígena o español, no tuvieron muchos imitadores. Los sarapes fueron representados en murales y cuadros y los huipiles fueron usados por ciertas mujeres para afirmar públicamente su mexicanidad, pero no fueron utilizados como modelos para el "arte" propiamente dicho; quizás sus diseños geométricos y abstractos no sirvieron tanto para la elaboración de un discurso visual nacionalista (como sí sirvieron la pintura popular religiosa o las "escultóricas" máscaras).

Una excepción a esta regla podría ser Lola Velásquez de Cueto (casada con el escultor estridentista Germán Cueto), quien elaboró tapices en los años 30; esa obra sigue muy poca conocida, sin embargo, incluso entre los especialistas.

Quizás porque fueron atraídos aún más por el folclorismo mexicano, unos extranjeros adaptaron los textiles tradicionales a nuevos usos, dirigidos a la creciente industria turística. En los años 30, en Taxco, el diseñador William Spratling contrató artesanos para elaborar sarapes, y a partir de los años 40, los hermanos Tillet, en Cuernavaca, y Elena Gordon, en Erongarícuaro, diseñaron textiles con motivos y colores "típicos", con bastante éxito internacional.

En tan escueta historia del arte textil en México (o sea, previo al trabajo de Marta Palau en los 60), la obra de Anni Albers (1899-1994), tema de una exposición retrospectiva que se presenta actualmente en el Jewish Museum de Nueva York, cobra aún más importancia. Anni Albers había estudiado en el Bauhaus, la escuela de artes aplicadas más importante de Europa, desde 1922 hasta 1933, año en que tuvo que cerrar frente al triunfo nazi. Poco después, Anni y su esposo, el pintor Josef Albers, emigraron a los Estados Unidos. A partir de 1935, viajaron frecuentemente a México y Sudamérica, inspirándose en las formas y colores locales y creando una amplia colección de arte prehispánico (que hoy forma parte del Museo Peabody de la Universidad de Yale). En los años 30 y 40, Josef Albers realizó una serie de cuadros alusivos a sitios prehispánicos (Mitla, Tenayuca) y a las fachadas de adobe pintadas de fuertes colores, que anticipan su serie más famosa: Homage to the Square (Homenaje al...

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