El Ojo Breve / Participación y persecución

AutorCuauhtémoc Medina

Rafael Lozano Hemmer.

Galería OMR, Plaza Rio de Janeiro 54, Col. Roma. Hasta enero 2005.

Por regla general, el arte contemporáneo ha concebido la interactividad como una búsqueda utópica. Este es un rasgo que asocia proyectos tan diversos como el empeño de reconciliar sujeto y objeto de los neoconcretistas brasileños, las acciones y juegos de Fluxus y, más recientemente, la estética relacional de "momentos de sociabilidad" de Nicolas Bourriaud. El objeto debía dejar de ser un ser distante e intocable, para en cambio ofrecer al público la apreciación de su propia actividad.

Hasta hace poco, la producción de Rafael Lozano-Hemmer tenía como uno de sus ejes la búsqueda y celebración de la interactividad del espectador. En gran medida, el trabajo del artista mexicano nacido en 1967, y radicado en Canadá, ha consistido en la invención de complejos dispositivos técnicos que ocupan el espacio urbano con proyecciones de video, reflectores de luz o transmisiones, pero que en lugar de sólo ofrecer un espectáculo otorgan al público una variedad de medios de intervención que transforman el despliegue tecnológico en una modalidad de comunicación.

Así, su Alzado vectorial (1999) permitía a usuarios del internet diseñar el despliegue escultórico de los haces de potentes reflectores por encima de la plaza del Zócalo; en tanto Frecuencia y volumen (2003), que presentó el Laboratorio de Arte Alameda, hacía factible interceptar las diversas frecuencias de transmisión de radio mediante la sombra del espectador en la pared. Esos y otros proyectos de lo que Lozano llama "arquitectura relacional" daban un uso lúdico y personal a medios estéticos usualmente asociados al despliegue o la representación del poder.

Dados esos antecedentes, es por demás sintomático que buena parte de las obras que Lozano exhibe ahora refieren a un campo distinto de la "interactividad": la forma en que el aparato técnico ha creado toda una gama de tecnologías destinadas a detectar la presencia del observador y, en su caso, generar una intervención automatizada. Se trata de dispositivos que sugieren un horizonte tecnológico que el cineasta y teórico Harum Farocki ha designado como la "Máquina Ojo": mecanismos de percepción automática, que nos reducen a objetos de una creciente administración.

En Standards y doble standards (Subescultura 3) (2004), Lozano ha creado una verdadera fantasía persecutoria. Esta "instalación robótica", consiste en 10 cinturones abrochados que cuelgan de hilos de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR