Ojo Clínico / Genes y obesidad

AutorEnrique Goldbard

No es ninguna novedad suponer que la obesidad es una enfermedad hereditaria, el simple hecho de observar familias enteras con sobrepeso haría pensar a cualquiera, y en cualquier época, que este padecimiento -o característica física, como se consideraba antes- se transmite de generación en generación.

Sin embargo, dada la obvia relación que existe entre comer de más y engordar, más en estos tiempos de sobresalto epidemiológico, medidas a destiempo y culpas a repartir, la atención se ha desviado hacia lo que entra por la boca más que a aquello que nos es asignado por la naturaleza.

La razón de esta actitud podría radicar en el hecho de lo complejo que ha resultado identificar las mutaciones genéticas responsables de la obesidad en los seres humanos. Aunque tampoco hay que olvidar el negocio que significa poner énfasis mundial en la comida, las dietas, los recursos médicos y quirúrgicos, los trebejos para el ejercicio físico y demás parafernalia para bajar de peso. Mientras la investigación científica avanza con un andar pausado, la mercadotecnia vuela.

Es por ello que a pesar de que se ha completado ya desde hace lustros el genoma humano y se han identificado genes y mutaciones de diversos padecimientos, en lo que a la obesidad concierne aún se siguen hallando presuntos culpables.

Desde hace ya algún tiempo y antes de que la obesidad rampante se etiquetara como pandemia, se hablaba ya del gene FTO como...

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