Ojo Clínico / Lectura saludable

AutorEnrique Goldbard

Leer, ese acto de intimidad con personajes, autores, lenguajes y palabras, no siempre fue así, hubo tiempos en que la lectura se hacía siempre en voz alta en presencia o no de otras personas. Cambios capitales como ese, la lectura en silencio, han ocurrido en varias ocasiones en la historia de la transmisión escrita del conocimiento y de la cultura, con los consiguientes espasmos de desasosiego entre quienes veían venir un modernismo salvaje que acabaría con los pergaminos, las tablillas de barro y los amanuenses, así como ahora con el papel, la tinta y los libros ante el embate de la pantalla; cuando a fin de cuentas lo que realmente importa es que no esté en riesgo el hábito de la lectura.

Para eso, para ponerla en peligro, es mucho más eficaz una pobre educación que una nueva tecnología.

Por otro lado, leer, en libros o pantallas, es por cierto un ejercicio saludable para mente y cuerpo, no en el sentido de actividad física sino simplemente porque la gente que no acostumbra a leer no obtiene la suficiente información indispensable para mantener una muy buena salud.

Investigadores de la Universidad de Stavanger (Noruega), concluyen que: "Los adultos con baja capacidad de lectura, se hallan, como grupo, en peores condiciones físicas que aquellos que leen bien".

"Considerando que mucha de la información que se recibe es por medio de la lectura, es concebible que cierta gente desaproveche indicaciones importantes para su salud...

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