OJO CLÍNICO / ¡A lavarse las manos!

AutorEnrique Goldbard

La pandemia de influenza AH1N1 de reciente memoria nos dejó varias lecciones, entre ellas una que por su simpleza no siempre es tomada en cuenta, pero cuyo valor sigue siendo cardinal: la manera más eficiente, barata e inocua de evitar las infecciones es lavarse las manos con agua y jabón.

No obstante, la gente no acostumbra lavarse las manos usando jabón, la creencia que lavarse sólo con agua es suficiente para tener las manos limpias es común en la mayoría de los países; mevnos de la tercera parte de quienes se lavan las manos lo hacen con jabón.

Las manos actúan frecuentemente como vectores que portan organismos patógenos que pueden pasar de persona a persona, el lavado de manos con jabón interrumpe la cadena de contagio de casi todas las enfermedades transmisibles.

Los siguientes son cinco hechos fundamentales del lavado de manos (UNICEF):

  1. El lavado de manos apropiado requiere jabón y una pequeña cantidad de agua. Usar jabón facilita la frotación, lo que permite disolver la grasa y eliminar la suciedad en la que se desarrollan la mayoría de los gérmenes. El olor y la sensación de limpieza que deja el jabón en las manos son, además, un incentivo para su uso.

  2. Lavarse las manos con jabón es una de las maneras más efectivas de prevenir enfermedades diarreicas y neumonía, que conjuntamente son responsables de la mayoría de las muertes infantiles. Puede evitar también infecciones cutáneas, de los ojos...

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