Ojo Clínico / ¿Todo bajo control?

AutorEnrique Goldbard

Mientras la muerte, hace apenas un mes de Terri Schiavo causó un revuelo mediático difícilmente justificable, el potencial inicio de una epidemia de proporciones incalculables apenas inmutó a la opinión pública.

El irresponsable envío de muestras conteniendo el virus de influenza H2N2 -transmisible a humanos- a 3 mil 747 laboratorios en 18 países, se consideró noticia tan poco digna de importancia que sólo se le dedicaron unos cuantos minutos de televisión y algunas líneas en los periódicos.

El siguiente texto es parte del comunicado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), emitido el 12 de abril del 2005: "La Agencia de Salud Pública de Canadá, informó a la OMS que un laboratorio local había identificado, el pasado 26 de marzo, el virus de la influenza del tipo A/H2N2, similar al que circuló en los años 1957-58 durante la pandemia de 'gripe asiática' y que continuó provocando la enfermedad hasta 1968. Por lo tanto, las personas nacidas después de este año carecen de inmunidad específica contra dicho virus, además de que las vacunas actuales para la influenza no contienen el H2N2".

No dice la OMS que la pandemia provocó cerca de 4 millones de muertes en aquellos años, no vaya a ser que causen pánico. Todo está bajo control.

Resulta que el Colegio Americano de Patólogos, envió una serie de paquetes para pruebas de capacitación y control de calidad a varios laboratorios del mundo. Dichos paquetes fueron preparados por la empresa privada Meridian Bioscience en donde "alguien" tomó la "imprudente" decisión de incluir el virus H2N2.

El boletín del Colegio Americano de Patólogos (CAP), emitido el 13 de abril, dice así: "El 8 de abril, el CAP fue alertado de la presencia de una muestra potencialmente peligrosa del virus de la influenza A/H2N2, suministrado por un contratista del CAP, Meridian Bioscience, que se envió durante la segunda mitad del 2004 y principios del 2005 a laboratorios afiliados a los programas de capacitación del CAP". Y continúa: "El CAP notificó inmediatamente a los clientes que recibieron las muestras para que las destruyeran".

Es decir, que un laboratorio de primer mundo, evidentemente con ayuda de la buena fortuna, identifica un virus potencialmente mortal, que apareció en unas muestras enviadas por una organización de profesionales de primer mundo, que ignoraba que en esas muestras la compañía de primer mundo que contrataron había incluido el virus en cuestión. Por si fuera poco, esta organización de profesionales de...

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