A ojo de pájaro / Chimalistac

AutorGuadalupe Loaeza

Nos referimos a Chimalistac, uno de los lugares escondidos más bellos y evocadores de nuestra ciudad. Sus jardines y sus calles empedradas amanecieron más hermosos que de costumbre. Santa, que vivía aquí, en la magnífica novela de Federico Gamboa, también está feliz de que su vecina más ilustre haya sido distinguida este año con el Premio Cervantes de Literatura, que nada más habían ganado tres mujeres, María Zambrano, Ana María Matute y Dulce María Loynaz. Elenita, como todo mundo le dice con tanto cariño, ha de haber recibido la noticia con una sonrisa llena de incredulidad y de alegría. Seguro que frente a sus ventanas se dieron cita Jesusa Palancares, Rosario Castellanos, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Diego Rivera, María Félix, Salvador Novo y, naturalmente, su amigo Carlos Monsiváis. No me cabe duda que todo México, como dice uno de sus libros, se reunió en una de sus citas más alegres y más justas en mucho tiempo.

Elena la maestra, Elena la cronista y Elena la novelista, las muchas Elenas de Chimalistac, están festejadísimas. Como un pequeño homenaje a nuestra querida escritora, hoy posamos la mirada sobre su barrio, uno de los más bonitos de México. El centro de Chimalistac es la Plaza Federico Gamboa, que antiguamente se llamaba Plazuela Guadalupe Victoria. Gracias a un libro espléndido, La casona de Chimalistac, de Beatriz Scharrer, nos enteramos de muchas cosas relacionadas con este sitio, uno de los pocos lugares todavía paradisiacos de nuestra capital. Por muchos siglos, fue el extremo sur del Valle, pues el pedregal impedía las comunicaciones de esta zona. Pero, al mismo tiempo, la piedra volcánica fue el material de construcción de toda esa zona, de ahí el origen de las bardas tan señoriales por estos rumbos. De ahí que las anchas calles de la colonia tengan arcos de piedra volcánica, construidos en el siglo 17 por los carmelitas, quienes tenían su convento muy cerca, en San Ángel, el lugar en donde todavía está la iglesia, un museo y las famosísimas momias.

La calle principal es Arenal, en donde hoy se encuentran las oficinas de Conaculta; el nombre de esta calle proviene de los encharcamientos que padecía cada vez que llovía. El nombre que tiene más misterio es el del pueblo, pues unos dicen (siguiendo a Fray Bernardino de Sahagún) que significa "escudo blanco", porque los escudos que se usaban para la cacería eran de ese color. Lo que distingue al lugar es que, a diferencia de San Ángel, conserva su nombre prehispánico. Si...

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