A ojo de pájaro / Casa de las brujas

AutorGuadalupe Loaeza

Sé que es la más antigua de mis vecinas y que es una de las más elegantes. Todas las mañanas, cuando salgo a caminar, la veo y la saludo. Cuando llegué a vivir a la Roma, una de las emociones más grandes fue estar cerca de esta vecina tan ilustre y tan conocida por todos. Me he dado cuenta que las personas que la ven por primera vez se impresionan un poco. Ha de ser por su aspecto sombrío y antiguo. Pero la verdad es que no podríamos imaginar una compañía tan bonita como la de ella. Su rostro, con ser el mismo, es pensativo, triste, pero a veces puede ser alegre. Por ejemplo, los domingos, cuando hay niños jugando o novios paseando por la Plaza Río de Janeiro, alrededor de la Fuente del David, esta vecina seguramente piensa que, en el fondo, desde hace 100 años todo es igual. No obstante que han cambiado las casas, que la plaza es muy distinta y que los negocios vienen y van, la gente es la misma. De ahí que la Casa de las Brujas, este edificio que parece un rostro pensativo, sea el centro de la Colonia Roma.

El rostro de la Casa de las Brujas es muy risueño. Parece que sus ojos se cierran por la alegría y que su barbilla prominente se debe a que está en una constante carcajada. Ahí abajo, en plena esquina, hace muchos años estuvo la librería que se llamaba precisamente "La casa de las brujas" y que, se cuenta, fue la pionera de las librerías con cafetería como las que hay ahora en tantos lados de la ciudad. Ahí han vivido pintores y escritores, y por mucho tiempo escuché que vivía una bruja a la que iban a visitar los políticos más de moda hace muchos años. Hay quien dice que en esta casa los fantasmas se pasean con toda libertad y que no quieren a los nuevos inquilinos. A ellos se les aparecen con más insistencia. Quizá los propietarios de los departamentos son los que no quieren nuevos propietarios y por eso se difunden estas leyendas.

También hay que decir que la fachada de esta construcción pertenece al eclecticismo mexicano. Sobre esta escuela podemos decir que surgió en Francia a mediados del siglo 19 y que consistió en ya no seguir el típico neoclásico. Los arquitectos, buscando liberarse, decidieron estudiar los edificios antiguos, desde las primeras culturas hasta la Edad Media, y combinar los elementos con libertad. De hecho es lo que ocurre con esta casa, construida en 1908 por el ingeniero R.A. Pigeon. Como dice Edgar Tavares en Colonia Roma (Clío, 1998), la Casa de las Brujas es también conocida como El Castillo de las Brujas...

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