Ojo con la talla

AutorMaría Fernanda Legorreta

Vitaminas, minerales, hidratos de carbono, proteínas y grasas comunican algo a cada célula del cuerpo. De esta forma, una mala alimentación no sólo produce enfermedades, como diabetes, también afecta la energía, el humor y el desempeño.

De acuerdo con la nutrióloga Aurea Casas, al ser seres bio-individuales con diferentes necesidades, estilos de vida y gustos, la alimentación tiene que ser distinta para cada ser humano y acoplarse a cada uno.

"Hay cosas que creemos son normales, pero pueden ser señales de una dieta pobre, por ejemplo, estar inflamado, sufrir estreñimiento, dolores de cabeza, estar de malas o cansado todo el tiempo o que se nos caiga el pelo de manera excesiva".

Para la egresada de la Universidad Iberoamericana, la clave es apostar por ingredientes naturales, no empaquetados.

Al respecto, Julieth Puello del consejo directivo del Colegio Mexicano de Nutriólogos, enlista que se tienen que evitar alimentos enlatados, embutidos, quesos y el exceso de alcohol o sal.

"Hay que optar por una dieta rica en frutas, verduras, alta en fibra, lácteos bajos en grasa, leguminosas y semillas combinado todo con una actividad física o ejercicio".

Puello aconseja acudir a una consulta médica para descartar afecciones graves y, por...

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