EL INFORME OPPENHEIMER / ¿Habrá cumbres de Obama con Irán, Venezuela y Cuba?

AutorAndrés Oppenheimer

Yo lo dudo mucho. A juzgar por mis propias entrevistas con Obama y por lo que me han dicho algunos de sus asesores, hay tres razones por las que es improbable que Obama se arriesgue a dar un paso en falso en aras de mejorar las relaciones de Washington con sus enemigos.

En primer lugar, la promesa de campaña de reunirse con los líderes máximos de estos países no surgió de un plan preconcebido de la campaña de Obama, sino que muy probablemente fue fruto de una respuesta equivocada de Obama en medio de un acalorado debate durante las primarias del Partido Demócrata.

Sucedió el 24 de julio de 2007, durante el encuentro organizado por CNN-YouTube, cuando le preguntaron a Obama si se reuniría por separado y sin condicionamientos previos con los líderes de Irán, Venezuela, Cuba y otros países que se oponen a las políticas de los Estados Unidos. Obama respondió: "Lo haría".

La entonces candidata a la nominación demócrata, Hillary Clinton, aprovechó inmediatamente la respuesta de Obama para mostrarlo como un inexperto en política internacional y agregó que ella no lo haría porque: "No quiero que me usen para efectos de propaganda interna".

Más tarde, la campaña del senador John McCain tomó ese intercambio verbal y lo transformó en una de sus principales armas publicitarias contra Obama.

Pero tengo razones para sospechar que Obama se equivocó en ese debate.

Durante una entrevista que me concedió el día anterior, ante la misma pregunta me respondió que creía en el diálogo con los adversarios de los Estados Unidos bajo ciertas condiciones. Una respuesta bastante diferente.

Después del debate de CNN-YouTube, Obama no tuvo más remedio que aferrarse a lo que había dicho, pero aclarando que sin condicionamientos previos no significaba sin preparativos.

Fue una salida semántica para controlar el daño, me admitió una fuente de la campaña de Obama.

La segunda razón por la que es improbable que Obama se siente a dialogar con los máximos líderes de Irán, Venezuela o Cuba sin condiciones es que quien sea nombrado como Secretario de Estado -los que más se mencionan en círculos cercanos al Presidente electo son el senador republicano Richard Lugar, el senador John Kerry o el Gobernador de Nuevo México, Bill Richardson- seguro le recomendará firmemente que no lo haga.

Le dirán que siendo un Presidente joven que estará bajo la lupa por su relativa inexperiencia en política internacional, no pude arriesgarse a sostener conversaciones de este tipo sin ciertas...

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