Optan por disolver urbes entre 'Sodio y asfalto'

AutorSergio R. Blanco

Los materiales sintéticos y metálicos, cajas de luz, fluorescentes de neón, carteles y graffiti que visten la ciudad contemporánea se mezclan en la muestra Sodio y asfalto, creando combinaciones a veces armónicas, otras caóticas, como ocurre en las grandes metrópolis del planeta.

Como si se tratara de un laboratorio para diseccionar los aspectos que exhiben y esconden las urbes, la exposición engloba las reflexiones de 12 creadores británicos, cuyas esculturas, instalaciones, dibujos, pinturas, grabados y videos establecen un diálogo artístico sobre la ciudad del nuevo milenio, concebida como un contexto visual e histórico.

Sodio y asfalto reúne el trabajo de 12 artistas radicados en las ciudades británicas de Glasgow y Londres, así como en la Ciudad de México y en Nueva York, que adoptan distintas estrategias para explorar las diversas texturas de la ciudad contemporánea. Su trabajo abarca muchas áreas de experiencias o de debate comunes sin dejar de lado las referencias locales y personales más específicas.

Así, las estructuras brillantes y de vivas tonalidades que recubren -artificialmente- las ciudades, contrastan con la suciedad que subyace detrás de los grandes rascacielos y espectaculares publicitarios, donde las estructuras están oxidadas y envueltas en una telaraña de cables.

Esta dualidad es abordada en la pieza I love King's Cross and King's Cross loves me (Amo el cruce del rey y el cruce del rey me ama), de David Batchelor, construida con materiales rescatados de las calles. Colocada en el hueco de una pared, con vista a dos salas, la instalación se ve limpia y luminosa en su parte delantera, mientras que la parte trasera muestra un amasijo de hierros e hilos desordenados.

"Los artistas tratan de representar la parte de una ciudad contemporánea en la que plasman tanto sus rarezas como sus mezclas", explica Ann Gallagher, del British Council, co curadora de la exposición junto con Tobias Ostrander, curador del Museo Tamayo.

El ritmo de la exhibición, señala Gallagher, se compone de áreas inarmónicas y saturadas compuestas por pósters e imágenes pegados, que van conduciendo hacia otra parte de la muestra que es mucho más minimalista y que genera mayor tranquilidad en el espectador.

"Esto explica la parte sensorial de una ciudad. No es un movimiento nuevo de arte británico lo que queremos presentar aquí", indica la curadora, "lo...

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