Optan estados por mando militar
| Autor | Jésica Zermeño y con información de Arcelia Cruz, Alfonso Juárez, Lorenzo Cárdenas, Carlos Marà y Osvaldo Robles |
A criterio de gobernadores y alcaldes, cada vez más militares en retiro dirigen las corporaciones policiacas en diferentes estados del país.
No se trata de una estrategia planeada a nivel nacional, o de una política pública deliberada, sino de la respuesta que los mandatarios locales han puesto en marcha para enfrentar coyunturas delicadas. Según algunos especialistas, también es una forma de corresponsabilizar a las Fuerzas Armadas de su problema de seguridad a nivel local.
Actualmente, las secretarías de Seguridad Pública de Aguascalientes, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz están manejadas por generales y un teniente coronel en retiro.
En Morelos, el coordinador general del Colegio Estatal de Seguridad Pública es un general brigadier.
En Coahuila y Baja California, los directores de la Policía Ministerial son generales en retiro.
En el Distrito Federal, donde hay una larga tradición de militares al mando de la policía, se encuentra en funciones un general como subsecretario de Seguridad Pública local.
A nivel municipal, los alcaldes de algunas plazas calientes también han decidido contratar militares como secretarios de Seguridad. Destacan los casos de Acapulco, Ciudad Juárez, Saltillo y Tijuana.
Recientemente se hizo público el caso de un general que, sin formar parte de la estructura orgánica del gobierno, fungía como asesor en esta materia: el general Mauro Enrique Tello Quiñones, quien fue ejecutado en Quintana Roo el pasado 2 de febrero justo cuando integraba un cuerpo élite de combate al narcotráfico como parte de la asesoría que brindaba al presidente municipal de Benito Juárez (Cancún), Gregorio Sánchez Martínez.
Esta presencia de militares -casi todos generales en retiro- ocurre sin una coordinación formal por parte del Ejército, pues apenas se han reunido en una ocasión con el alto mando.
En un desayuno ocurrido el 17 de noviembre del 2008, el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, Demetrio Gaytán Ochoa, les ofrecieron la colaboración institucional de la Sedena y los urgieron a promover una mayor cooperación entre las policías y el Ejército.
Presencia local
En tres de los siete estados donde hay militares al frente de las secretarías de Seguridad Pública -Puebla, Guerrero y Veracruz-, la presencia de elementos castrenses puede rastrearse desde hace dos sexenios.
El primero en llegar fue el general Mario Ayón Rodríguez, quien fue nombrado titular de la dependencia de Puebla por el gobernador Mario Marín en marzo de 2005, después de su paso por zonas militares de Sinaloa, Veracruz y Nuevo León.
Ayón sustituyó al general retirado Rodolfo Alvarado Hernández, quien llegó al cargo en 1999.
También Guerrero se ha distinguido desde la década pasada por tener a militares a cargo de la seguridad. El mayor retirado Luis León Aponte fue secretario a finales de los noventa.
Ya en 2005, el incremento de cultivos de amapola y marihuana en la entidad, así como la creciente violencia provocada por enfrentamientos entre sicarios de los cárteles de Sinaloa (Los Pelones) y del Golfo (Los Zetas), hizo que el gobernador Zeferino Torreblanca nombrara al general Juan Heriberto Salinas Altés secretario de Seguridad Pública estatal en abril de ese año, apenas iniciado su gobierno.
El 1o. de julio del 2008 fue nombrado el general Sergio López Esquer secretario de Seguridad Pública de Veracruz. El gobernador Fidel Herrera argumentó que la decisión se tomaba por el incremento de la delincuencia organizada.
Es el tercer militar que dirige la seguridad pública de Veracruz, después del capitán retirado José Alejandro Montano, quien llegara al cargo en el sexenio foxista, y el general Juan Manuel Orozco Méndez. Ambos fueron acusados de nexos con el narcotráfico en algún momento.
Un año antes de que López Esquer llegara a la SSP estatal, el entonces director de tránsito del Puerto de Veracruz, el general José Arturo Quintero Ortega, sufrió un atentado. Logró sobrevivir, pero no su escolta.
En marzo del 2008, el teniente coronel retirado Javier Rueda Velásquez se convirtió en secretario de Protección Ciudadana en Oaxaca. El teniente ya tenía experiencia en las corporaciones de seguridad civiles: fue titular de la Agencia de Seguridad del estado de México en 2007 y director de la Policía Judicial de Guerrero durante el gobierno de René Juárez Cisneros.
En octubre del 2008, el general Eugenio Hidalgo Eddy llegó a la Secretaría de Seguridad Pública de Aguascalientes, después de que se multiplicaran las ejecuciones de agentes policiacos y la presencia del narco en la entidad.
Antes de retirarse, este general ocupó importantes cargos en la milicia: fue responsable del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes) y comandante de la IX Zona Militar, con sede en Culiacán. Se retiró después de haber sido amenazado en territorio sinaloense, tras haber capturado al sobrino de Joaquín El Chapo Guzmán. Recientemente fue invitado por la Secretaría de Seguridad Pública para ser coordinador estatal de la Policía Federal, pero rechazó el puesto.
Su llegada a Aguascalientes obedeció al reclamo hecho por legisladores panistas de Aguascalientes, por el evidente deterioro de la seguridad en el periodo del gobernador -también panista- Luis Armando Reynoso Femat.
También en enero de 2009 llegó el general retirado José Leopoldo Martínez González a la Secretaría de Seguridad Pública de otro estado gobernado por el PAN: Tlaxcala. Antes se desempeñó como subsecretario de esa dependencia.
Opinan militares
Tres de estos generales coincidieron en que los gobernadores han recurrido a ellos para hacer frente a una situación extraordinaria.
"No es una tendencia normal; se está dando ahora por la situación que vive el país y los diferentes gobiernos requieren de gente con principios morales éticos y con conocimientos de cómo...
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