Oscar Silva / ¿La industria automotriz crecerá?

AutorOscar Silva

Recientes anuncios como Ford cancelando sus inversiones en México y las amenazas realizadas a otras compañías del sector, han incrementado las preocupaciones respecto al futuro inmediato de la industria en el País.

Aunque la cancelación de ésta y otras inversiones en el futuro inmediato tendrían un impacto negativo, una cancelación masiva y generalizada de inversiones no es probable. A continuación se explica por qué:

El año pasado, las ventas de vehículos ligeros en Estados Unidos cerraron en 17.5 millones de vehículos, el nivel más alto de los últimos 10 años; tendencia que continuará de manera sostenida aunque sí limitada.

Al mismo tiempo, 11.8 millones (1) de vehículos fueron producidos en Estados Unidos en 2015 y se espera que 2016 cierre con aproximadamente 12 millones. En 2015, se importaron 8 millones y se exportaron poco más de 2 millones, lo que significa un déficit comercial de cerca de 6 millones de unidades entre el mercado estadounidense y el resto del mundo.

México -con una participación de 26 por ciento en el total de importaciones (2)- fue el mayor exportador de autos a Estados Unidos. De acuerdo con Alternativas Competitivas, un estudio de KPMG, los costos de producción automotriz en México son más bajos que Estados Unidos (12.3 por ciento), Japón (8.6 por ciento) y Canadá (4.6 por ciento). Sin embargo, ésta es sólo una de las fuentes de la competitividad del País. La relación precio-calidad de la mano de obra mexicana es indudablemente la mejor a nivel mundial, a esto se debe que algunas marcas de autos de lujo consideran a México como pieza clave.

Por otro lado, Estados Unidos tuvo un déficit de consumo (3) de 7.4 millones de vehículos (2015); de hecho, se importaron 8 millones y casi 600 mil vehículos se quedaron en inventario. Y, aunque México fue la principal fuente de vehículos importados, únicamente exportó 2 millones mientras que 6 millones de automóviles se importaron de otros países.

Estados Unidos ha incrementado la utilización de su capacidad instalada de forma dramática, de 72 por ciento en 2011 a 100 por ciento en 2015 (4). Con una demanda creciente y en la ausencia de anuncios de incrementos importantes en la capacidad instalada, este déficit continuará creciendo.

Por lo tanto, el principal argumento consiste en que un impuesto generalizado a la importación de vehículos mexicanos no tendrá el efecto previsto, a menos que vaya acompañado de: impuesto similar aplicado a las importaciones de Japón, Canadá...

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