PLAZA PÚBLICA / José Luis Santiago Vasconcelos

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Aunque desde una perspectiva estrictamente humana no hay rangos en las vidas segadas por la tragedia del martes pasado, las ocupaciones actuales y pasadas de Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos hacen que su muerte sea destacable por sobre las demás. En su mensaje luctuoso del propio martes el presidente Calderón se refirió únicamente a su amigo y colaborador y omitió más referencia al ex subprocurador a quien sólo mencionó por su nombre en la lista de quienes viajaban en el avión caído en Las Lomas. Si la omisión fue involuntaria, producida por el pesar personalísimo de quien padece una pérdida que lo toca en el centro de sus emociones e intereses, pudo haber sido remediada incluyendo a Santiago Vasconcelos también como destinatario sobresaliente en el homenaje rendido ayer al secretario de Gobernación, merecedor de algo más que la referencia circunstancial que lo igualó con el resto de los caídos.

Ya que no fue así, queda pensar que se trató de un olvido deliberado, de una suerte de exorcismo primitivo, pueril se diría, para evitar que la valoración de las tareas del perseguidor de la delincuencia organizada convocara la imagen de ese poderoso enemigo y suscitara de inmediato la de un atentado que el gobierno está tratando de alejar con información más insistente que abundante. (Por cierto que el informador escogido, el secretario Luis Téllez no sólo carece de autoridad técnica y jurídica sino que su condición de comunicador también es deficiente: ¡mire usted que decir que en medio de la tragedia es una buena noticia el hallazgo de la caja negra que permitirá investigar el grave suceso! Por supuesto que localizar ese aditamento es útil, pero no requiere ser calificado de buena noticia en el sentido de que en algo alivie el dolor de los deudos de las personas fallecidas).

El funeral de los funcionarios muertos ahondó la diferencia establecida por Calderón en su discurso. Las familias de quienes trabajaban en Gobernación recibieron la visita presidencial, pues el velorio se efectuó en un solo lugar. El Presidente, en cambio, se abstuvo de llegar al Velatorio Militar donde reposaron los restos del funcionario que desde el Ministerio Público federal fue un enlace confiable con las Fuerzas Armadas. De eso se ufanaba Santiago Vasconcelos y así lo confirmó, por si hiciera falta, el alto mando castrense al alojar el velorio en un espacio reservado a miembros del Ejército y sus familiares.

Santiago Vasconcelos trabajó en la...

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