Del Pacto al fiasco

AutorÉrika Hernández

El presidente Enrique Peña Nieto sonreía poco. Lucía pálido y ojeroso. El trayecto de selfies, que suele durar hasta 30 minutos cuando visita a sus paisanos, duró apenas la tercera parte, y en menos de una hora desahogó la entrega de obras viales en Coacalco, Estado de México.

Tres días antes, el 26 de septiembre del 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa habían desaparecido en Iguala, Guerrero. Durante más de 72 horas, el primer mandatario y la Presidencia guardaron silencio absoluto.

Era su primera aparición pública, los periodistas que cubrían su gira lo atajaron para cuestionarlo sobre el hecho, y, en tono molesto, soltó: "Es muy claro que el gobierno federal no puede sustituir las responsabilidades que tienen los propios gobiernos estatales".

Las semanas siguientes se escudó en ese discurso.

Cuarenta días después, con protestas en las calles por los desaparecidos de Ayotzinapa, el Presidente sufrió otro golpe. El 9 de noviembre, la periodista Carmen Aristegui reveló que la residencia en Las Lomas donde vivía la esposa del mandatario, Angélica Rivera, se la había comprado a uno de sus contratistas favoritos, Luis Armando Hinojosa.

Semanas más tarde, en una plática informal con reporteros que lo cubren, Peña Nieto asemejaba su momento con un viaje en el avión presidencial: "atraviesa una zona de turbulencias, pero pronto saldrá de ella".

Sin embargo, no sucedió. Peña había pasado de la bonanza de su primer año -en el que incluso la revista Time le dedicó una portada con el título "Saving Mexico"- a un quiebre que ponía su gestión frente a un abismo.

A partir del otoño de 2014 ahí, siguieron las malas noticias: la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, en julio de 2015; los procesos contra los gobernadores priistas de su generación por malversación de fondos, corrupción y excesos; las elecciones de 2016, en las que el PRI perdió Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Quintana Roo Tamaulipas y Veracruz; la invitación a Donald Trump a Los Pinos, en septiembre de 2016; y nuevos casos de corrupción (Odebrecht y "la estafa maestra") en 2017.

EL PACTO FUGAZ

El sexenio arrancó con la firma de un Pacto que, por primera vez, lograba el compromiso de los principales partidos de oposición para aprobar en el Congreso una agenda en común.

Necesitados de legitimidad, los líderes del PAN (Gustavo Madero) y del PRD (Jesús Zambrano) encontraron en la interlocución con el nuevo gobierno priista la mejor manera de desplazar los liderazgos de...

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