Palabra de Nobel

En el centenario de la creación del Premio Nobel, ofrecemos una selección de frases pronunciadas por algunos de los escritores galardonados al recibir o rechazar el premio.

"Mi ahora se disgregó: el verdadero tiempo estaba en otra parte. Mi tiempo, el tiempo del jardín, la higuera, los juegos con los amigos, el sopor bajo el sol de las tres de la tarde entre las hierbas, el higo entreabierto -negro y rojo como un ascua, pero un ascua dulce y fresca- era un tiempo ficticio. A pesar del testimonio de mis sentidos, el tiempo de allá, el de los otros, era el verdadero, el tiempo del presente real. Acepté lo inaceptable: fui adulto. Así comenzó mi expulsión del presente".

Octavio Paz (México, 1990)

"Damas y caballeros, amigos míos, respetados hombres de letras que en diversas entrevistas en radio y televisión han declarado: 'El más prestigioso de los galardones debería ser otorgado a los miembros de la Academia Sueca por haber tenido este año las agallas para conceder el Premio Nobel a un bufón'. Estoy de acuerdo. El suyo es un acto de coraje que raya en la provocación".

Dario Fo (Italia, 1997)

Octubre 25, 1958. "Inmensamente agradecido, conmovido, orgulloso, asombrado, desconcertado".

Octubre 29, 1958. "En consideración al significado que se le ha dado a este galardón en la sociedad a la cual pertenezco, debo rechazar este inmerecido premio que se me ha concedido. Por favor, no reciban mi decisión con descontento".

Boris Leonidovich Pasternak (URSS, 1958; en un principio aceptó y cuatro días más tarde, mediante otro telegrama, rechazó el premio).

"Mi esposa Zenobia es la verdadera ganadora de este premio. Su compañía, su ayuda e inspiración hicieron, durante 40 años, posible mi trabajo. Hoy, sin ella, me encuentro desolado y desvalido".

Juan Ramón Jiménez (España, 1956; Jaime Benítez, rector de la Universidad de Puerto Rico, leyó las palabras del poeta).

"He hablado mucho para un escritor. Un escritor debería escribir lo que tiene que decir y no hablar de ello".

Ernest Hemingway (Estados Unidos, 1954; John C. Cabbot, embajador estadounidense en Suecia, leyó el discurso) "Por lo tanto este premio es mío en fideicomiso. Y no será difícil encontrar un destino para la parte monetaria del mismo, en correspondencia con el propósito y el significado de su origen. Pero me gustaría hacer lo mismo con los aplausos, es decir, utilizar este momento como un pináculo para poder ser escuchado por aquellos hombres y mujeres jóvenes que son ya devotos a la...

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