'Dañan palabras a obesos'Al

AutorPaloma Villanueva

problema de salud, los niños obesos suman otra preocupación: las críticas severas, burlas, rechazo, apodos y regaños por parte de su propia familia y sus compañeros de clase, lo que desencadena heridas emocionales que pueden durar toda la vida.

La palabra "gordo" tiene una gran carga emocional y es utilizada en la sociedad para referirse a alguien de modo despectivo, señala la psicoterapeuta Martha Alicia Chávez.

"En la vida real, así le llamamos a la gente con sobrepeso en todos los ámbitos para humillarlos y ofenderlos. En la escuela, a los niños les dicen así: 'gordos' o sus papás incluso. La palabra ya tiene una carga negativa.

"Cuando un niño escucha repetidamente que le dicen 'gordo', es una de las cosas que pueden dejar traumas psicológicos más intensos", asegura Chávez en entrevista a propósito de la reciente publicación de su libro Hijos Gordos (Grijalbo).

Los niños con obesidad, explica, son objeto de una larga lista de apodos y descalificaciones.

"Hay muchas palabras que un niño con sobrepeso escucha en la escuela o en su propia casa, le dicen: 'gordo', 'cerdo', 'marrano', 'elefante', 'hipopótamo', la lista es amplísima.

"Además, hay otros calificativos que los niños asocian a un pequeño con sobrepeso: que son sucios, que son tontos, que apestan, que son torpes, y otros calificativos ridículos que, aunque son 'positivos', tienen una carga de humillación: que son chistosos, que son simpáticos, que son tiernos. Esas son ofensas también", aclara.

Basada en sus 23 años de experiencia como psicoterapeuta, la autora asegura que los niños obesos aprenden desde pequeños que son indignos de ser queridos, aceptados o admirados.

"Sufren por el rechazo, se sienten eternamente agredidos. Los niños aprenden que son indignos de amor por lo que oyen de los papás, la familia y, los compañeros de la escuela. Cando crecen se desprecian a sí mismos, se dan asco a sí mismos porque eso aprendieron de los que los despreciaron antes, no toleran verse en un espejo, y eso empieza desde que son chiquitos", relata.

Muchos niños con sobrepeso, señala, están atrapados en las actitudes contradictorias de sus padres que, por un lado, los critican por estar gordos y, por otro, propician el consumo de comida chatarra.

"Viven metidos en dinámicas patológicas, viven atrapados en una paradoja en la que hagan lo que hagan, pierden. Los padres, por un lado, en el nivel verbal, les están diciendo 'estás gordo, ya no comas, baja de peso', pero en el no verbal los...

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