'El PAN no es de un grupo'

AutorErnesto Núñez

Fotos: Odette Olguín

"Acción Nacional no es patrimonio de una persona ni de un grupo". Con esa frase, el chihuahuense Gustavo Madero declara el final del calderonismo.

Un mes y ocho días después de que el PAN dejó la Presidencia de la República, el líder partidista luce sereno, como si le hubieran quitado un peso de encima.

A sus anchas, en medio del salón de sesiones del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Madero dice: "es algo normal que durante seis años, del 2000 al 2006, el PAN fuera Vicente Fox. Era algo muy normal que entre 2006 y 2012 el PAN era lo que dijera, hiciera, declarara o actuara Felipe Calderón. Es una tendencia a tratar de personalizar una institución en un hombre, en un apellido. Creo que es un error".

Custodiado por 20 retratos de personajes que han sido dirigentes nacionales del PAN (desde Manuel Gómez Morin hasta César Nava, incluido el expulsado Manuel Espino), Madero describe un partido que dejó de ser eclipsado por la figura presidencial de Calderón, cuyo retrato también cuelga en los muros del salón, justo entre Carlos Castillo Peraza y Luis Felipe Bravo Mena.

"Hoy que no somos gobierno, que no tenemos una figura presidencial que eclipse al PAN... que lo eclipse en el sentido de que se atraviese como una figura que no permite ver más que ese satélite que se atravesó en la órbita temporalmente, porque era el que estaba teniendo toda la preeminencia... hoy lo que estamos teniendo es ese contraste. Pero es normal, no es ruptura, son condiciones distintas: estar en la Presidencia o dejar de estar en la Presidencia", explica.

Madero tiene claro que le ganó la partida a Calderón: cuando el ex Presidente quiso imponer una refundación del PAN antes de dejar el poder, Madero y su grupo lograron que el Consejo Nacional mandara a marzo de este año una reforma de estatutos en la que el calderonismo no lleva la batuta.

En la transición Madero ganó la interlocución con Enrique Peña Nieto, al imponerse él, Santiago Creel y Juan Molinar -y no alguien del gobierno calderonista- como negociadores del Pacto por México.

Además, poco a poco ha ido ocupando las posiciones estratégicas, tanto en la burocracia partidista como en el Congreso: colocó a Molinar al frente de la Fundación Rafael Preciado Hernández; a Luis Alberto Villarreal como dirigente de la bancada en San Lázaro; a José Isabel Trejo como presidente de la Comisión de Hacienda; a Arturo Salinas como presidente de la Comisión para el Fortalecimiento del Federalismo, y a personajes como Jorge Villalobos y Fernando Larrazabal en la burbuja del grupo parlamentario.

Sin embargo, evita hablar detalladamente de sus victorias sobre el calderonismo, y se limita a describir el partido que está construyendo: "Hoy lo que aparece con mayor intensidad y claridad es lo que el partido es: el CEN, los dirigentes estatales, sus grupos parlamentarios, sus liderazgos... todos tienen mayor relevancia porque se vuelven los...

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