Paraíso perdido / La orfandad narrativa

AutorRafael Aviña

El 2013 trajo la proyección de cintas como Heli, Las búsquedas, Nosotros los nobles y No se aceptan devoluciones, al igual que la profusa cantidad de estrenos nacionales. En este año, gracias al apoyo del proyecto de exhibición de Cineteca Nacional, el cine mexicano apenas rebasó los 60 estrenos, varios de ellos vistos sólo en dicha institución, que además de lanzar una fabulosa videoteca digital, empieza a apostar por una nueva propuesta académica y de investigación en la que caben diálogos constantes con el público y la publicación de materiales alternativos y libros sobre el gran olvidado de los medios: el cine mexicano, debido, por supuesto, al interés de su nuevo director Alejandro Pelayo.

A su vez, pese a su raquítico presupuesto, la Filmoteca de la UNAM con Guadalupe Ferrer al frente, organismo al que le urge ser reconocido por las máximas autoridades de la UNAM como una institución académica y de investigación y no sólo de exhibición y preservación, sacó adelante ciclos de gran aliento como el de la Primera Guerra Mundial, José Revueltas o María Félix en sus 100 años. Los centenarios de imprescindibles figuras de la literatura con vigorosa conexión fílmica, como Revueltas y Efraín Huerta, guionista y cronista cinematográfico respectivamente, vinieron a demostrar la orfandad narrativa en que se encuentra la industria y los cada vez más escasos espacios para la discusión e investigación de nuestro cine.

A ello se suma el fallecimiento, en este 2014, de otras dos personalidades irreemplazables de las letras y la pantalla: José Emilio Pacheco y Vicente Leñero. Además de brillantes autores adaptados por el cine, a ambos se les deben guiones cinematográficos de formidable narrativa como El castillo de la pureza, El Santo Oficio, La pasión según Berenice, El lugar sin límites, en los que JEP colaboró incluso sin crédito. Por su parte, Leñero, además de talentoso maestro de varias generaciones de argumentistas, fue el guionista de Los albañiles, Cadena perpetua...

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