Paraíso de quetzales

AutorArturo Páramo

"Si hay algo más bello que un quetzal, seguro que no es de éste planeta", dice Jesús Estudillo, ornitólogo mexicano que tiene en su granja dos invernaderos donde habita una colonia de 25 quetzales, la única del mundo en cautiverio.

Al ingresar al invernadero el golpe de calor y humedad es notable, se empieza a transpirar. Hay plantados árboles, helechos y otras plantas tropicales en donde se posan los quetzales de entre 30 y 40 centímetros de altura.

Las plumas de su cauda alcanzan los 70 centímetros de longitud y cuando vuelan de una rama a otra ondulan en el aire, y despliegan su colorido brillante, de tonos rojos, azules, ocres, amarillos, y verdes.

El quetzal está considerado como especie en peligro de extinción. Habita en los bosques de niebla del sur del País y de Centroamérica, vive en nidos que habilita en troncos huecos. Ahí ponen dos huevos que incuban el macho y la hembra, y que tienen un periodo de gestación de 17 días.

A partir de 1997, después de 40 años de dedicarse a la conservación y reproducción de especies en peligro de extinción, Estudillo dio el paso más importante de su vida de ornitólogo con la crianza de quetzales.

Egresado de la carrera de Médico Veterinario por la UNAM, Estudillo se dio a la tarea de construir junto a su casa, en la Granja Siberia (hoy Vida Silvestre), en Ixtapaluca, un invernadero de 40 metros por 50 metros de superficie y ocho metros de altura.

Lo acondicionó con un sistema de riego que se acciona cuando la humedad baja al 60 por ciento en el interior, y además habilitó una cascada de piso a techo que humedece más el lugar.

Su trabajo con los quetzales inició hace seis años y las dificultades que tuvo para reproducirlos se debía, principalmente, a la falta de ácido tánico en su dieta.

Explicó que los quetzales beben del agua de lluvia depositada en las hojas de los árboles. Esa agua contiene ácido tánico que ayuda a que retengan el hierro en su cuerpo y que no mueran de anemia, detalló Estudillo.

En cautiverio comen papaya, mango, guayaba, chicozapote y aguacate, a los que se adicionan vitaminas, minerales, ácido tánico, además de larvas de escarabajos, grillos, y chapulines.

Los quetzales, además, son extremadamente sensibles a los cambios de temperatura y a la humedad. Al ser cuestionado sobre la edad que alcanza una de esas aves, se encoge de hombros y responde "esa es una pregunta para la que nadie tiene respuesta".

Por instinto de conservación, esas aves tienen la facultad de no bajar de las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR