Un parlamento sin guión

AutorMario Gutiérrez Vega

Obsoleto en su operación interna y envuelto en disputas partidistas, el actual Congreso de la Unión cerró su último periodo ordinario de sesiones.

Así como en abril de 1997 los parlamentarios que dejaban la LVIII Legislatura reconocían sus deudas, los actuales diputados y senadores hacen un mea culpa por el lastre acumulado, y que heredarán a quienes inicien funciones el 1o. de septiembre.

La falta de reformas en materia fiscal, energética, laboral, electoral, de pensiones y de justicia es, en primer lugar, la carga más visible de ese cúmulo de deudas, coinciden en señalar legisladores consultados por Enfoque. Y a la par, pero sin la atención pública, está la ausencia de cambios en el funcionamiento interno del Congreso, que permitiría adecuar formas y tiempos a su nueva composición plural. "Debemos reconocer y aceptar que fallamos, aunque no sea toda la responsabilidad nuestra", apunta José González Morfín, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados.

Los congresistas se preocuparon más por presentar nuevas iniciativas que por dictaminar las ya presentadas, revela el último informe "Indicadores de Desempeño Legislativo", elaborado por el CIDE dentro del proyecto Monitor Legislativo. Esto ha provocado, a la primera mitad del tercer año de ejercicio, un elevado rezago, advierte el análisis. Los diputados, por ejemplo, habían aprobado hasta entonces menos de la cuarta parte de las iniciativas presentadas.

Hay críticas por la falta de proyectos con un impacto favorable y de trascendencia para la población. También justificaciones. Para explicar las razones de su fracaso los legisladores recurren con insistencia a una expresión: falta de consenso. La misma que fue utilizada por los diputados de la anterior legislatura para disculpar su inacción en varias materias y que sirvió después como promesa de campaña para asegurar que eso no volvería a ocurrir.

Esos pendientes hoy influyen en la imagen del Senado y de la Cámara de Diputados ante la sociedad. Más que por su desempeño en comisiones, el paso de los congresistas será recordado por los desacuerdos entre fracciones, los escándalos y la influencia de factores externos.

Con todo, ambas Cámaras dejan un récord histórico en iniciativas presentadas y aprobadas en la LIX Legislatura. Los diputados presentaron 2 mil 397 iniciativas al primer periodo de sesiones del tercer año de ejercicio. El promedio supera las dos diarias. De ésas, 440 fueron aprobadas en el pleno, según el proyecto Monitor Legislativo.

Los senadores sometieron a consideración más de 800 iniciativas en el actual ejercicio parlamentario. "Más que eficiencia, esto revela un problema de inflación legislativa", apostilla Diego Díaz Iturbe, investigador del CIDE.

En esta legislatura se turnaron más propuestas de las que pueden procesarse. Ante esta saturación, señala Díaz, es necesario regular y ordenar el trabajo legislativo para hacerlo más eficiente. "Es un mensaje equivocado de los diputados creer que presentar y presentar iniciativas es la única forma de transmitir que están trabajando".

Incluso, el punto va más allá de la cantidad. Existe un cuello de botella. Ambas Cámaras acumulan más iniciativas y mayor presión en unas cuantas comisiones. Las de Puntos Constitucionales, Hacienda, Crédito Público, Justicia y Derechos Humanos, y Gobernación concentran más del 50 por ciento del trabajo legislativo.

El estudio del CIDE señala que el problema de fondo en el desempeño de las Cámaras está en el sistema de comisiones. Por eso, advierten diversos análisis, la reforma interna del Congreso es indispensable para mejorar el trabajo del Poder Legislativo.

Fundar, Centro de Análisis e Investigación, urge a la "profesionalización de los miembros de las comisiones y la reglamentación adecuada y formal de prácticas parlamentarias". El documento titulado "El sistema de comisiones, el cabildeo legislativo y la participación ciudadana en el Congreso mexicano" -que será publicado este mes- propone modificar la Ley Orgánica del parlamento. Entre los cambios se encuentra establecer nuevos criterios en la integración de comisiones, crear mecanismos para su evaluación y analizar la posibilidad de la reelección legislativa.

Los cambios, propone Fundar, otorgarían mayor libertad a los diputados y senadores, hoy dependientes de lo que dicta su bancada. "La Constitución sigue reflejando la falta de libertad y los límites partidistas que tienen los legisladores para crear nuevas leyes", establece...

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