Reúne Parra a desterrados

AutorSilvia Isabel Gámez

"No hay que confiarse de los ancianitos", advierte Eduardo Antonio Parra. Al límite de la existencia, pierden las trabas morales y se vuelven seres malignos, como los que aparecen en Desterrados, su nuevo libro de cuentos, parapetados tras una supuesta bondad.

En sus primeras obras -Los límites de la noche, Tierra de nadie- le preocupaban más la historia y la acción que profundizar en los personajes, explica el escritor. "Ahora me interesa mucho más saber qué traen adentro los seres humanos, tanto bueno como malo".

Tras reunir sus cuentos en Sombras detrás de la ventana (2009), Parra se planteó nuevas búsquedas narrativas. En los relatos de Desterrados (Era) hay menos violencia, afirma, y aunque los personajes norteños siguen presentes, algunos de sus cuentos transcurren por primera vez en la Ciudad de México, donde reside desde hace 13 años.

"'El caminante' es muy distinto a todo lo que había escrito", señala. Está influido por la lectura del italiano Dino Buzzati, y cuenta la historia de un ser errante, sin memoria y sin horizonte. "Paréntesis" es un experimento "erótico imaginario", y "El festín de los puercos" es su único cuento histórico, sobre el paso de Heriberto Frías por Tomóchic, un episodio que lo obsesiona y que algún día piensa novelar.

"Todos los personajes del libro sufren una suerte de destierro, que muchas veces es interior", precisa el autor. "Están desubicados, se sienten extranjeros en su propio territorio".

Sicarios cansados de matar que llegan al Distrito Federal buscando borrar sus pasos, "vengadores" anónimos que explotan contra la indiferencia, mujeres y hombres urgidos de que les enfríen las ganas, habitan también los cuentos de Desterrados, un total de 15, porque Parra prefiere los...

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