Partidos vs. voto nulo
PAN
Germán Martínez
El abstencionismo de algunos analistas y comentaristas es aceptable, si lo que busca es hacer rendir cuentas al Congreso, a los diputados en particular, por los que se niegan a votar en esta ocasión.
¿Hay mejor rendición de cuentas que el control ciudadano por la vía de la reelección legislativa, que el PAN ha propuesto insistentemente y que el PRI simula apoyar?
¿No están de acuerdo en reducir el número de diputados y senadores para facilitar la evaluación ciudadana de nuestros representantes? Ésa es también una propuesta del PAN.
¿Acaso no convendría un acuerdo para construir un instituto de transparencia e información, como un IFAI del Congreso? Si ése es el fondo del "voto blanco", bienvenido.
La pregunta es: ¿a quién beneficia una representación política débil? ¿A quién beneficia una Cámara deslegitimada? ¿A favor de qué y de quién juega el discurso del voto en blanco?
El abstencionismo le hace un enorme favor a la falta de rendición de cuentas, genera apatía, no de los ciudadanos frente a sus gobernantes, sino algo peor: apatía de los gobiernos frente a sus electores.
¿No son algunos de los que promueven el voto nulo los mismos que ante el fracaso de mandar al diablo a las instituciones sólo mandan, desde el egoísmo cívico, al diablo al voto?
PRD
Jesús Ortega
Existe una campaña en la que participan académicos, editorialistas, comentaristas, politólogos que alientan a la ciudadanía para que en estas elecciones se abstengan de votar o anulen su voto. Esta campaña la enarbolan en nombre de la ciudadanía y quienes la promueven se arrogan la representatividad de la misma.
Algunos de estos promotores, estoy seguro, lo hacen de buena fe, pues piensan que ésta es una manera de sancionar a los partidos políticos y a la clase política en general. Sin embargo, hay otras personalidades que son parte de una estrategia que en el fondo tienen el propósito de destruir el sistema de partidos y propiciar una regresión hacia el autoritarismo y la plutocracia.
Los primeros pecan de ingenuidad y en muchos sentidos de ignorancia.
Los segundos, los que conscientemente son parte de un plan perverso, en realidad son aquellos que añoran los viejos tiempos en donde no había elecciones o éstas solamente eran parte de un escenario fingido. Son nostálgicos del poder unipersonal que decidía sin tomar en cuenta a la ciudadanía y sin instituciones que pudieran servir de equilibrio y de contrapeso.
Cualquiera que sea la intención, ingenuos y...
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