Pasa 'Carmen' del flamenco al breakdance

AutorJulieta Riveroll

Para unos, perdió su esencia flamenca, para otros, resultó tan innovadora que fue capaz de atraer nuevos públicos a la ópera. Carmen, bajo la dirección de Marcelo Lombardero, generó reacciones encontradas entre el público consultado en la primera de las tres funciones en Bellas Artes.

Desde la escena inicial, ya se advierte la polémica propuesta del argentino. La acción no se sitúa en la Sevilla del siglo 19, sino en una ciudad actual donde dos jóvenes pintan graffiti sobre un muro hasta que son detenidos por los policías para abrir paso a los soldados que portan sus uniformes color verde militar.

En esta controvertida puesta en escena, Carmen no es una gitana, sino una chica de barrio, una obrera, quien desde un principio seduce al cabo Don José, pero también acaba sometiéndose a él por completo, con lo cual, según palabras de una parte de los espectadores, Lombardero rompe con el planteamiento decimonónico de este recurrente título.

"Aquí Carmen es sojuzgada y golpeada, cuando en el libreto original, y en la novela, la protagonista se deja llevar por sus emociones", objetó Joaquín Careaga al final de la función, que duró casi tres horas y media. Aunque no por ello al sociólogo de 69 años dejó de resultarle atractiva esta adaptación.

Para resaltar la violencia de género, en el cuarto acto el creador decidió proyectar sobre una pantalla rostros de mujeres golpeadas entremezclándolos con las imágenes de una corrida de toros. Recurso que dejó perplejos a algunos espectadores.

La coreografía gustó a la mayor parte de la audiencia, incluyendo el sensual y provocador baile de Carmen con Don José, pero no faltó quien considerara que el breakdance "sale sobrando...

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