Pastizales, remedio contra deforestación
| Autor | Daniel Millán |
¿Será posible que, con una sola acción, se pueda revertir la erosión de la tierra, dar un medio de subsistencia a millones de campesinos, frenar los daños provocados por los huracanes, resolver la carencia de agua y contar con suelos aptos para la reforestación?
Suena demasiado bueno para ser cierto, pero Juan Siles cree que ello es posible.
Experto en ingeniería forestal y Director de Fruticultura en el sexenio de López Mateos, Siles propone un ambicioso plan para rociar desde avionetas semillas de pastizal de alta calidad y de otras especies, en 50 millones de hectáreas deforestadas del país, una cuarta parte del territorio nacional.
El crecimiento de pastizales, de acuerdo con el especialista, comenzaría a generar un círculo virtuoso que ayudaría a resolver diversos problemas ambientales y económicos.
En entrevista, explica el fundamento de su propuesta, y defiende su viabilidad: El costo de la semilla requerida por hectárea, una libra, sería de apenas 10 pesos.
Suelos inútiles
Siles parte de la base de que la deforestación irracional -tanto para explotar la madera como para volver agrícola terrenos boscosos- provocó la degradación de suelos, principalmente, en zonas montañosas.
"Allí se concentraron la mayoría de las comunidades indígenas, por el clima", apunta.
El ingeniero forestal por la Universidad de Chapingo afirma que la deforestación fue incluso fomentada por el Gobierno, a través de una Comisión Nacional de Desmontes.
Sin árboles, los suelos fueron utilizados para la agricultura, pero pronto perdieron sus nutrientes; 250 millones de metros cúbicos de tierra fértil fueron arrastrados al mar, según sus cálculos.
"Las montañas ahora funcionan como tejados. El agua que antes se filtraba ahora baja, arrastrando y destrozando; por eso no hay agua, por eso toda se va al mar", explica.
Muchos campesinos emigraron a las ciudades o a Estados Unidos, agrega; los que quedaron, han tenido que cultivar tierras poco fértiles y, sobre todo, practicar el pastoreo de animales como chivos y cabras en zonas de escasa vegetación.
"Los que están allí, están atrapados en busca del rebrote de pastos duros para alimentar a su ganado, donde un chivo tiene que caminar 20 kilómetros para medio comer", indica.
El técnico forestal asegura que los suelos erosionados ya no sirven ni para la agricultura, pero tampoco para ser reforestados, por su falta de nutrientes.
La solución: 'pasticultores'
"La única solución factible para hacer un sustrato nuevo, de...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba